Los laicos dominicos, una realidad de nuestro mundo

Jose Vicente Vila
Jose Vicente Vila
Presidente laicos dominicos de Hispaniae

"Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones pero un mismo Dios que obra todo en todos" (I cor, 12, 4-6).

Los laicos dominicos nacemos con el inicio de la orden. Domingo siempre tuvo junto a él hombres y mujeres no consagrados, que colaboraron con su obra.


¿Quienes somos?, sencillamente hombres y mujeres que vivimos nuestra fe siguiendo el estilo de Domingo de Guzmán y que estamos integrados en nuestro mundo tanto familiar, social, profesional, político y religioso, e intentamos ser testigos de Jesús de Nazaret , allá donde nos encontramos.


Los laicos dominicos somos parte integrante de la Orden de Predicadores y, junto al resto de las ramas, configuramos la Gran Familia Dominicana.


Los laicos nos unimos formando fraternidades donde crecemos en fe, en oración y en fraternidad. Siempre la fraternidad está vinculada a un convento, bien de frailes, de monjas contemplativas, o de hermanas de vida activa. Las fraternidades dentro de la Orden son autónomas pero siempre tienen un asistente religioso, que puede ser un fraile, una monja o una hermana, que sirven de apoyo espiritual y un poco de orientadores dentro del espíritu de la orden.


Para pertenecer a la fraternidad, hay que cumplir unos requisitos, similares a los de las otras ramas, se solicita primero la admisión en la misma, y tras un periodo de formación que puede ser de alrededor de un año, si el candidato lo desea y con el visto bueno del consejo de la fraternidad, realiza su compromiso temporal, por un periodo de unos tres años, renovables, tras los cuales puede realizar su promesa perpetua o solemne, mediante la cual se vincula a la orden hasta la muerte. En todo este tiempo ha seguido un plan de formación que es el mismo para todas las fraternidades de la Provincia de Hispania, en donde ha aumentado sus conocimientos de la vida de la Orden, de Santo Domingo, de las figuras más notables, así como de los documentos más importantes de la Iglesia, además de conocer el directorio por el que nos regimos todos los laicos de España, y que está aprobado por la Santa Sede y corroborado por el Maestro de la Orden. Se tiene un interés muy especial en el conocimiento de la Biblia, así como se les aconseja la lectura del evangelio diaria y el rezo de alguna de las liturgias de las horas.


Como miembros de la Orden, nuestro carisma se basa en los tres pilares fundamentales de la misma, Oración, Estudio y Predicación .


El estudio lo consideramos como pieza fundamental en nuestra formación, no sólo para acumular conocimientos, sino para mejorar nuestra preparación y poder conocer mejor la palabra de Dios con el fin de que, tras interiorizarla y hacerla nuestra, poder transmitirla a los demás.


En la oración es donde encontramos la fuerza suficiente para poder enfrentarnos a los problemas que nos rodean, y que actualmente no son pocos. Nuestra oración no consiste en la repetición de oraciones ya aprendidas, es un diálogo sincero y abierto con aquel que todo lo puede, exponiéndole nuestras inquietudes y problemas, y consultándole nuestros proyectos.


Nuestra Predicación la realizamos en medio de nuestro ambiente. No utilizamos los púlpitos ni los ambones de las iglesias, aunque en alguna ocasión pueda ser así, nuestros púlpitos están con la gente, en nuestra familia, con nuestros amigos, en nuestro trabajo, en aquellos sitios donde nos relacionamos con los demás . Intentamos que nuestra Predicación sea viva, basada en nuestro testimonio. Para ello predicamos con la Biblia en una mano y el periódico en la otra. Interesados por los problemas que acucian a los que nos rodean, intentando ponernos en su piel, padeciendo con ellos (compasión) y ayudándoles en lo que podemos.


Nuestra Predicación la realizamos colaborando con todos aquellos proyectos sociales que tenemos a nuestro alcance, bien sean propios de la orden o de la Iglesia, tenemos hermanos que colaboran con Caritas, otros que trabajan con inmigrantes, otros denunciando las vulneraciones de los derechos humanos, otros con pastoral penitenciaria, otros acogiendo a personas sin techo, otros visitando enfermos, dando catequesis en parroquias marginales, colaborando con Selvas amazónicas, con Acción Verapaz, con Raykuera, etc.


Los laicos, estamos involucrados en la orden y procuramos trabajar en familia, orar en familia y predicar en familia, estamos convencidos que juntos, trabajando al unísono con las otras ramas, podremos empujar el carro de nuestra misión más efectivamente.


Estamos presentes en la gran mayoría de los proyectos de la Orden, en la pastoral juvenil vocacional, en el secretariado de familia Dominicana, en algunas de las fundaciones educativas de las congregaciones dedicadas a la educación, en fin, intentamos colaborar, desde nuestras posibilidades, en los retos que se nos presentan y que intentamos asumir.


Estamos convencidos que nuestra vocación ha sido un regalo que nos ha dado la Providencia, y queremos llevarla adelante con la ayuda de todos.


En la Provincia de Hispania tenemos unas 34 fraternidades junto a tres más que se encuentran en formación y no están totalmente consolidadas, pero lo estarán pronto. Somos un considerable número de miembros en todo el territorio español que engrandecemos esta rama de la orden.