LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA

Fr. Salvador Becoba Raso
Fr. Salvador Becoba Raso
Real Convento de Predicadores, Valencia

Para utilizar el término familia antes era necesaria la existencia de una madre, un padre y unos hijos, pero hoy en día, en los países desarrollados, esa estructura está siendo cuestionada, porque ya se puede encontrar una familia sin padre, una familia sin madre…. Lo que a mí me interesa es el resultado final de lo que llamamos familia.

La familia africana se caracterizaba por la cantidad de hijos, los cuales eran considerados como la propia riqueza, después de los «terrenos» (espacios utilizados para cultivar malanga y ñame en el país). Pero, con la mundialización, la vida se está volviendo cada vez más cara en el continente africano. En la actualidad, las familias africanas están intentando reducir el número de hijos —por ejemplo, en los años 60 una madre tenía diez o más hijos, pero hoy en día una familia puede estar compuesta de tres a cuatro hijos, que forman la riqueza de dicha familia—, mientras que en otros continentes el máximo de hijos pueden ser dos o tres, y a partir de tres se los considera familia numerosa.

Sea de una estructura u otra, lo que de verdad debe interesar es la formación que demos a nuestros hijos e hijas. Los niños, que son el reflejo de la conducta de sus padres o tutores en casa, tienden a hacer lo que ven en cualquier parte donde se encuentren, y lo consideran como modelo a seguir o como bueno. Y si no se les forma como es debido, tratarán de buscar fuera lo que no tienen en casa. Fácilmente nos encontraremos con niños tristes, porque les da pánico volver a casa cuando están en un lugar en que se sienten a gusto y queridos, porque lo que encuentran fuera no lo tienen en casa.

Por otra parte, el punto de vista nominal constituye uno de los núcleos más importantes de la familia, porque los apellidos nos permiten unir los lazos con los demás, sean del mismo lazo sanguíneo o no. Cuando uno se encuentra con un apellido igual al suyo, lo primero que haría es ponerse en contacto con esa persona con el fin de unir los lazos para formar una familia, si es que lo son. Para un africano la familia es sagrada, así que prefiere no dedicarse a comprar lujos materiales, pues con solo tener una familia y poder ayudarla, posee la mayor de las riquezas.

No sólo pueden constituir y llamarse familia los lazos sanguíneos, sino también los amigos, los vecinos, los compañeros, etc., esas amistades que, desde que nos conocemos, vienen a formar parte de nuestra vida y los consideramos como familia. Incluso muchos de ellos pueden ser más importantes que algunos miembros de nuestra propia familia. Las amistades, para que lleguen a ser como familia, tienen que estar nutridas de amor, esfuerzo y sobre todo tener un corazón humilde, para así saber reconocer nuestra fragilidad. El amor que recibimos en el seno de la familia es muy importante; hay un refrán que dice «Uno no da lo que no tiene», y «De donde no hay no se puede sacar». Si esas bases no las adquirimos en casa, tendremos que buscarlas en otra parte.

Queridos hermanos, amen a sus hijos para que sepan que la familia es importante: una buena familia se construye desde el amor, la caridad y el cariño. No pretendamos querer construir una nación o un estado sin que su núcleo no esté bien organizado.

«TU HERENCIA ES TU FAMILIA. CUÍDALA Y ENSÉÑALES A CUIDAR A LOS DEMÁS»