La misión de Boca Colorado y la minería de oro en la Amazonía

Fr. Pablo Zabala Martínez
Fr. Pablo Zabala Martínez
Misión de Boca Colorado, Perú.

     En 1910 se funda la Misión de San Jacinto de Puerto Maldonado gracias al ímpetu de fray José Pio Aza. En esta zona habían puesto su misión en Caichihue. Viajes de meses abriendo trochas, los caminos del misionero. Colorado es un río rojizo afluente del Madre de Dios, aquí es donde se juntan, donde desemboca. Aquí le llaman boca, por donde se entra. En esa época, Colorado ni existía. La actividad minera habrá empezado hace unos 60 años, con algún aventurero en las orillas del río. Como pueblo empezó hace 33 años, 4 casas, tienduchas de todo a la orilla del río. El oro aparecía fácil, juntaban puñados. El banco minero acopiaba. Enseguida se corrió la voz y multitudes acudieron. Igualmente la madera tenía buen precio. Se fue abriendo trocha y facilitando la extracción.


   Existía una familia nativa, que como son muy ambulantes, enseguida se mudaron ante la presencia de serranos. Se mantenían las comunidades de Puerto Luz y San José Karene, gente sehabían escapado de la misión de Shintuya, donde el P. José Álvarez (Apaktone) había reunido diversas etnias pero que no se avenían entre sí. Nuestros misioneros, en principio, venían para los nativos, por eso se establecieron en Puerto Luz, todos recuerdan al P. Adolfo Torralba y las misioneras seglares que regentaban las escuelas de estas comunidades. Posteriormente, a nivel pastoral, fueron atendidas varias veces al año desde Shintuya o Puerto Maldonado con viajes de varios días. Al aumentar los poblados mineros, gente venida de fuera con sus costumbres y devociones, solían también visitarlos, especialmente para las fiestas de la Cruz, el 3 de mayo, y del señor de los Milagros el 18 de octubre en Colorado y el 28 en San Juan Grande. Se construyeron capillas de madera en Puerto Luz, San José de Karene, Colorado, Pacal, San Juan Grande, Puerto Carlos… Pero nunca hubo un párroco fijo.


   Cuando Monseñor Francisco González, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado se hizo titular el 2 de febrero de 2008, me escribió diciendo que año tras año le llegaban memoriales desde Colorado pidiendo un párroco permanente. Me señalaba las distintas comunidades y poblados que pertenecían a este Distrito de Madre de Dios, 18 en total, y explicaba: “esto es Sodoma y Gomorra versión 2008, ¿Te atreverás?”.


De inmediato le contesté que encantado. Cierto que me gustan las aventuras pero es que yo sé que Dios funciona y todo sale mejor de lo pensado. Después de los papeleos para ser legales, el 23 de abril me instalaba en Colorado, donde Sabina Aguilar y su esposo Marco Tulio Lechuga habían hecho una capilla de material noble, recién estrenada y estaba terminando algunos detalles de la casa para el padre. El 3 de mayo me tocó la fiesta más grande, de mayordomos los mineros Manuel Nina y su esposa Nery Vargas, Alberto Oscco y su esposa Rosa Lima, Jorge Rivas y su esposa Dermia Masías y unos cuantos más de alferados…


   Nery fue la primera bautizada por mí el 29 de abril, ¿Cómo voy a hacer de mayordoma si no estoy bautizada? Yo me admiraba de cómo daban de comer a todo el pueblo y a los que venían de fuera. 7 danzas con bastantes participantes, orquestas, bandas… más de 2.000 personas durante 3 días. Y todo con gran alegría y devoción. Se armó una capilla en el cerro para una cruz en el aeropuerto, aumentando la fiesta con la peregrinación hacia allí, con sus danzas, castigos, comida… Se encargaban de pintar toda la iglesia, las bancas… regalaban más bancas, floreros, velones, estandartes, mantos… megafonía, ventiladores, generador eléctrico… Años de bonanza. Con la ayuda de ADVENIAT de Alemania y del Secretariado de Misiones Dominicanas de España y la colaboración de los pobladores empezamos a rehacer la capilla de Pacal, aumentando una habitación con dormitorio, baño… para poder quedarse. Igualmente en San Juan Grande.


   En Colorado nos encargaron atender a los estudiantes que vienen de fuera en especial de las comunidades nativas. Nos cedieron las instalaciones existentes para mejorarlas y terreno para construcción de nuevas instalaciones para albergue de chicas, talleres, granjas, huerto… así como terreno para chacra de pan llevar.


   En Puerto Carlos gracias a Angélica Aimituma, Urbano Huaraca, Rolando Baca, Leoncio Zúñiga , Richar Humpiri, Alex Ccama, Maruya y demás mayordomos sucesivos se levantó una iglesia nueva de material noble de 28 metros por 14 metros. Con su torre de 15 metros de alto por 3 metros por 3 metros de planta, que sirve de campanario, tanque y pozo de agua, coro, baños…


   Delta 1 tiene ocho años de existencia como pueblo, pero ha conglomerado a ratos 14.000 personas. Concedieron media hectárea de terreno, 100 metros por 50 enfrente de la plaza de armas de la expansión urbana. Después de mucho trajinar se está terminando la capilla de 28 metros por 22 metros con diversas instalaciones, salones, coro, sacristía, vivienda, pozo de agua, baños…
Desde el principio colaboraron los mineros y las distintas instituciones, taxistas, tiendas, farmacias, carpinteros, municipio… con cemento, bloquetas, hierros, cascajo…


  En Setapo Nicolás Uscamayta, el chibolo, se ha encargado de solicitar a cada minero 4.000 soles en material, cemento, hierro, bloquetas, madera… Práticamente está terminada. 18 metros por 10 metros, con su torre de 12 metros, habitación con baños…
En San Juan Grande Feli Corahua y sus hijos han donado 3.000 ladrillos para las paredes, Lucero Cusi se encarga de conseguir la colaboración del pueblo de diferentes formas. Todavía queda bastante, pero la nave principal está terminada.


   Ahora me ha tocado la Capilla Central del Señor de los Milagros de Puerto Maldonado, un deuda de 27 años, en que Manuel Chávez entregó 1.000 metros cuadrados para eso. Quiero recalcar que buena parte de ayuda se ha conseguido de la venta de ropa, calzado, juguetes, libros, medicinas… que nos mandan de España y que se reparte en cada sitio para conseguir fondos. También hemos apoyado a otras parroquias, albergues y seminario de Puerto Maldonado, Iberia, Mazuko, Quincemil, intentando que todos puedan ir mejorando sus estructuras para mejor servir a nuestro Vicariato. Dios ha puesto la mejor parte y esperamos que no se desanime.