La ley de la libertad (VI domingo del T. O.)
No creáis que he venido a abolir la ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud (Mt 5,17). Las palabras de Jesús siempre nos interpelan. En efecto, Jesús quiere prevenirnos contra dos tendencias: la ley esclavizante del hombre (véanse escribas y fariseos) y la libertad sin rumbo vital, que deja al hombre confuso en la vida.
- Orden externo/biológico/corporal: Consiste en la vida exterior del hombre, del ser humano; la vida según el cuerpo. Se relaciona con la corporalidad: el cuidado y la salud físicas.
- Orden interno/anímico/espiritual: Se trata de la vida interior; tiene que ver con los pensamientos, sentimientos, deseos, actitudes… Es la vida según el alma. Está relacionada con la «psicoespiritualidad»: la conducta humana como respuesta al amor de Dios, es decir, cómo tratamos a los demás y a nosotros mismos en el día a día.
Contamos con la gracia de Cristo; pidámosla todos los días.
Si cuidamos estos órdenes, sobre todo el interno, también viviremos más tranquilos ante la realidad que nos rodea. Solos no podemos, pero Jesús siempre nos ayuda: contamos con la gracia de Cristo; pidámosla todos los días. Entonces no quedaremos atrapados por las leyes, pero tampoco hipnotizados por una supuesta libertad absoluta: antes bien, podremos aprovechar el tiempo para mejorar las cosas y acertar en la vida, y así ir logrando una vida plena en Dios.