Testimonios

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¿Cómo fue tu vocación?

Bernardo Sastre
fray Bernardo Sastre 25 años

Mi familia y yo hemos tenido desde siempre relación con los dominicos del convento de San Pablo y San Gregorio en Valladolid, pero hasta hace poco la Iglesia había formado parte de mi vida como otro compartimento más, y no como la estantería central… Cierto es que no renegaba de ella, pero tampoco me implicaba demasiado en su vida y misión. Sin embargo, todo esto cambió hace relativamente poco tiempo.

El encuentro con Dios hecho hombre fue una experiencia fundante, que terminaría por traducirse en un nuevo enfoque vital: ser fraile dominico. Poco a poco, pues, me fui acercando a la Orden de Predicadores a través del contacto directo con diversas personas y a través de varias experiencias.

Miguel Angel Gullón
fray Miguel Ángel Gullón Pérez 50 años

Mi familia es el artífice de mi vocación. De mi infancia recuerdo la ternura con que mis padres me cuidaron y, sobre todo, el ejemplo de sacrificio y tesón en el trabajo, en la vida de cada día, para que mi hermana y yo pudiésemos tener lo que necesitábamos. La vivencia de la fe, el descubrimiento de Dios, etc., fueron de la mano.

Debo mucho a los frailes que nos formaron primero como personas. No había prisa, al paso nos ayudaron a descubrir nuestro lugar en el mundo.


Carmelo Preciado
fray Carmelo Preciado 73 años

Hay una cierta manía de preguntar a los niños qué van a ser de mayores y que suelen responder con lo que les gusta en ese momento. Una vez debí decir que “cura”. La razón la desconozco… pero se me quedó ahí… en el corazón…

Después fue un largo proceso de búsqueda adolescente, de preguntarme y preguntarnos los amigos por el futuro de nuestras vidas. Yo no acertaba a definir mi futuro, y con frecuencia surgía aquella respuesta grabada en el corazón de mi infancia.

Tras los estudios para la entrada en la universidad vino la decisión, y las personas que me ayudaron, indirectamente, me orientaron a los dominicos. Y fue conocer a los dominicos y amar esa elección… y seguir hasta hoy, sin volver la vista atrás y sin arrepentirme en mi elección.

Jesús Gallego
fray Jesús Gallego 86 años

Empecé a pensar en la vida religiosa a los 20 años. Estudiaba medicina, en Valladolid. Siempre he tenido vocación de médico. En aquel tiempo la vida universitaria no era tan exigente como ahora, era más alegre, despreocupada.

Mis planteamientos vocacionales empezaron a surgir al ponerme en contacto con los enfermos en el Hospital Provincial, allí solo iban los pobres, que precisamente habían contraído su enfermedad por pertenecer a las clases más abandonadas de la sociedad, indigentes, prostitutas, enfermos desahuciados. Se les atendía en lo que se podía, pero nada más. Empecé a pensar que curar los cuerpos estaba bien pero existía también el alma, había algo más que hacer por aquella gente tan abandonada.


¿En qué ha cambiado tu vocación a lo largo del tiempo?

Bernardo Sastre
fray Bernardo Sastre 25 años

Actualmente estoy en el estudiantado y sigo discerniendo esta vocación mientras crezco en la comunidad de hermanos, acompañado por los formadores, a la vez que realizo también algunas actividades pastorales.

Respecto a las motivaciones concretas de vivir el Evangelio como fraile en la Orden de Predicadores, he de decir que me atrae mucho el estudio, que forma parte esencial de nuestra vida porque Nuestro Padre santo Domingo siempre quiso que sus frailes tuvieran una buena formación, para poder cumplir su misión con la mayor preparación posible. Esta fascinación por la búsqueda de la verdad de las cosas me permite profundizar en el conocimiento del mundo, del hombre y de Dios y poderme identificar más personalmente con todos.

Miguel Angel Gullón
fray Miguel Ángel Gullón Pérez 50 años

En la Comunidad de Babilafuente me enseñaron a poner en práctica lo aprendido, a saborear el trabajo compartido, a disfrutar del encuentro con los más sencillos, a soñar con cruzar el océano.


Carmelo Preciado
fray Carmelo Preciado 73 años

Que se atreva a dar el primer paso, compartirla con alguien que le pueda ayudar, “lo demás vendrá por añadidura” (Mt 6,33), y que se fíe de Dios. Y, siempre, que cuide esa vocación y confíe en las personas que van apareciendo en su camino, porque seguro que le van a ayudar.

Jesús Gallego
fray Jesús Gallego 86 años

La vocación había empezado por un deseo de entrega a los demás, de hacer algo útil en la vida, de no quedarme en unos planteamientos burgueses y cómodos. Después, en el Noviciado, vino el gran cambio que da sentido a mi vida, el conocimiento de Jesús de Nazaret.


¿Cómo vives la llamada de Dios a día de hoy?

Bernardo Sastre
fray Bernardo Sastre 25 años

Ahora, comenzando los estudios de Teología, veo que puedo darle un sentido a mi formación anterior y ponerla al servicio de la predicación dominicana. En concreto, veo muy interesante el tema de la relación entre la razón y la fe, que se necesitan mutuamente; en caso contrario, cabe el riesgo de irnos a los extremos, y quedarnos con las tendencias deshumanizadoras que, lamentablemente, están a la orden del día…

Miguel Angel Gullón
fray Miguel Ángel Gullón Pérez 50 años

Intentando poner pasión en lo que hago aprovechando el encuentro con las personas. Son muchos los sueños que me quitan el sueño porque nacen de las necesidades más urgentes de las Comunidades. Y siento más alegría al caminar junto a la Familia Dominica. Es nuestra fortaleza: saber que el espíritu de Domingo se hace realidad gracias a los talentos compartidos y que enriquecen a la comunidad.


Carmelo Preciado
fray Carmelo Preciado 73 años

Nunca pensé tener esta misión de ser maestro de novicios. Mientras vas “creciendo en tu vocación” en la etapa de formación, crees que tu futuro está ya pensado y que vas a hacer o dedicarte a tal o cual apostolado. Pero la vida en la Orden, con su rico carisma y fraternidad me ha llevado por otros caminos que nunca había soñado y, puedo decir, que estoy feliz y agradecido por todo. La Orden me ha ofrecido mucho más de lo que pensaba, en definitiva todo lo que soy.

Hoy intento vivir esa llamada con los novicios con los que he compartido estos años. Son un regalo de Dios, vienen buscando su camino en nuestra Orden, para servir a la Iglesia. De ellos he aprendido y a todos he intentado ayudar a encontrar su espacio.

Jesús Gallego
fray Jesús Gallego 86 años

He tenido la suerte de ejercer la medicina dentro de la Orden, encajando esta primera vocación en lo que es el ideal dominicano, que siempre es liberar al hombre y la mujer a través de la palabra, pero había antes que ayudarlos a encontrar su identidad, su verdad, y poner paz en sus vidas para el encuentro con Dios.