Solemnidad de la Inmaculada Virgen María
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra». Esta es la afirmación ante la incomprensión de un mensaje y encargo divino. ¿Cómo va a ser esto?, ¿cómo lo voy a hacer?, ¿cómo voy a salir adelante? La respuesta la hallaremos luego, pasada la crisis, pasado el tiempo de incerteza, diciendo como el salmista: «es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente» (Sal 117,23).
Porque así es muchas veces nuestra relación con el Señor: hay tantas cosas que nos parecen imposibles, que no tienen salida, que más tardamos en preocuparnos, en lamentarnos por no saber qué hacer, que el Señor en recordarnos su amor por nosotros.
María nos da este ejemplo de confianza de recibir el encargo del mismo Dios que se hace hombre.
Que en este día de solemnidad de la Inmaculada Virgen María recordemos cuántas veces el Señor ha hecho obras en nosotros, y a ejemplo de María, sepamos estar disponibles, atentos y confiados en esa asistencia divina que nos transforma, que nos hace capaces para llevar a cabo una misión de vida y anuncio.