XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - ZAQUEO
El Evangelio de este domingo nos muestra una nueva óptica por la cual debemos encaminar nuestra predicación. Jesús ve a Zaqueo tras trepar en el árbol, y a él le dice: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Debemos de dejar a un lado una cultura moralista y legalista, que se enfoca única y exclusivamente en el cumplimento excesivo de una determinada norma. Jesús no se dejó encasillar por tales normas; más bien, él siempre buscaba la salvación del ser humano, aunque fuera en contra las normas. Hoy vivimos en un mundo donde hay muchas discriminaciones (inmigrantes, homosexuales, negros, pobres…). ¿Qué hacemos nosotros como seguidores de Cristo? ¿Seguimos ignorando a esas personas que también son hijos de Dios o, al igual que Jesús, nos acercamos a ellos para escucharles, y desde un diálogo mutuo poder cambiar nuestras realidades?
Este Evangelio es una joya, ya que nos motiva a ir más allá de nuestra zona de confort. Nos enseña que el mensaje del Reino de Dios es para aquellas personas que consideramos pecadoras, injustas o corruptas. Ellas, al igual que Zaqueo, esperan un acercamiento. Pero dicho acercamiento debe ir acompañado de un testimonio de vida coherente, en el cual demos a conocer al Hijo de Dios.