Los dominicos seglares

Willy Rivero O.P.
Willy Rivero O.P.
Presidente laicos dominicos del vicariato de Venezuela

Dentro del seno de la Santa Iglesia Católica, existen Órdenes Religiosas, asociaciones de derecho pontificio y movimientos apostólicos con diferentes tipos de carismas y donde conviven millones de personas que, sin dejar de ser Iglesia, buscan dar respuesta a esa inquietud interior que Dios despierta en algún momento de sus vidas. Es así como deciden seguir un tipo de espiritualidad especial adecuada a sus propios anhelos y perspectivas de vida en comunión con el Dios Uno y Trino. La Hna. Iraida Urbano, OP. Dominica misionera de la Sagrada Familia, nos refiere la siguiente metáfora: “La Iglesia es como una gran zapatería, cada quien busca el calzado que más le gusta y le resulta más cómodo”, pero todos caminamos en una misma dirección.

En lo que a nosotros respecta, seguimos el ideal de santidad de Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores hace ya ocho siglos. El carisma dominicano, “es completamente compatible con la vida laical”. No profesamos votos como lo hacen los religiosos, pero hacemos una promesa para vivir y compartir nuestra fe desde nuestro estado y condición laical bajo la espiritualidad de Santo Domingo de Guzmán. Somos hombres y mujeres que siendo casados o solteros, desde nuestros propios espacios de vida y acción, contemplamos y buscamos dar a los demás de lo contemplado.

Descendemos de la Venerable Orden Tercera de Santo Domingo, por lo cual éramos conocidos como terciarios. Hoy en día se nos denomina como: Laicado Dominicano, La Orden Seglar de Santo Domingo, Dominicos Seglares o simplemente Laicos Dominicos.

¿Por qué especialmente dominicos? Mientras otras personas se identifican con otro tipo de espiritualidades, el seguir el carisma de Santo Domingo: Laudare, Benedicere, Praedicare, constituye una vocación, una decisión personal, asumida de forma libre y consciente, después de escuchar ese llamado que Dios y especialmente la Virgen, hacen a nuestro corazón. Es ese deseo de encontrarse con la Verdad, contemplarla y proclamarla a los demás. Somos pues ese brazo, “armadura seglar” y presencia activa de la Orden de Predicadores donde Dios nos ha llamado a servirle.

El ser laicos no implica compromiso en votos de obediencia, castidad y/o pobreza. Sólo ampliamos nuestra promesa Bautismal, siguiendo las huellas de Jesús a ejemplo de Santo Domingo de Guzmán y cumpliendo lo establecido en el Evangelio: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16,15).

Nos incorporamos a la Orden de Predicadores por medio de una promesa hecha ante el Maestro de la Orden donde nos comprometemos a vivir el carisma de Santo Domingo de Guzmán desde nuestra condición de seglares. Las etapas que deben transcurrir para ello son: La admisión en la fraternidad, luego de seis meses de período de prueba, la fase de discernimiento, que antiguamente se conocía como noviciado y que comprende un año de formación. Luego de transcurrido este tiempo, el postulante procede a solicitar realizar su promesa temporal de tres años renovable anualmente, hasta finalmente formalizar la promesa definitiva para vivir como seglar dominico hasta la muerte.