Sección: Identidad de predicadores
Santo Domingo con este modo de orar quiere aprender que el amor es fundamental en la vida cristiana, porque sin amor la vida se vacía de sentido.
Todo este movimiento de descender y ascender de Domingo ante el crucificado, es dar gloria al Padre
Santo Domingo muestra que no hay que acostumbrarse a pensar que la resurrección es solo una cosa que nos espera al otro lado de la muerte
Domingo abre sus brazos como Cristo en la cruz, porque fue desde allí donde le prometió el paraíso al buen ladrón
Santo Domingo ora de esta forma porque sabe que de Dios no se puede hablar con propiedad, pero también sabe que necesitamos hablar de Él con más necesidad que de ningún otro asunto.
Santo Domingo durante este tiempo vivía en los libros, aprendía de ellos todo lo que le parecía digno de ser aprendido; pero sobre todo, los amaba.
Santo Domingo sale al camino con el fin de predicar desde la verdad que es posible un mundo de amor y justicia, de paz y felicidad
“cada movimiento era una lengua que hablaba de lo que rebosa el corazón”.
Practicar la humildad como lo hizo Santo Domingo es reconocer nuestros propios límites, renunciar a aspiraciones desmedidas y no perseguir cosas grandiosas.
Santo Domingo con esta forma de orar manifiesta que se siente y se reconoce pecador; a la vez que se identifica y solidariza con los pecadores.