Dar la vida una vez (XXXII TO Ciclo B, Mc 12, 38-44)

Dar la vida una vez (XXXII TO Ciclo B, Mc 12, 38-44)

Asier Solana
Asier Solana
Madrid
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Después de una semana en la que en muchos lugares los cementerios han sido visita obligada, San Pablo vuelve a hablarnos de la muerte para este domingo en su carta a los Hebreos. Precisamente, es importante pensar que en este aspecto los propios judíos (y San Pablo remarca muchas veces su pasado fariseo) discutían si había resurrección o no. Unos, los saduceos, quienes realmente ostentaban el poder, decían que no. Otros, entre quienes se encontraban los fariseos, defendían la resurrección, de la que ya se habla en algunos escritos tardíos del Antiguo Testamento.

Es un avance pensar que si Dios ha creado la vida, como nos indica el Génesis, también puede disponer a su antojo de la muerte y que un detalle tan nimio no puede ser obstáculo para que Dios, que es todopoderoso, venza a la muerte. Precisamente, algo de todo este mensaje del fin del mundo prometido nos llegará dentro de pocos fines de semana cuando celebremos el final del año litúrgico con la fiesta llamada 'Jesucristo, rey del universo'.

El asunto es que Pablo nos recuerda algo tremendamente importante: tenemos una vida, y la vida solo la podemos dar una vez. Jesucristo murió sólo una vez en la cruz, y no necesita ser crucificado más veces para salvarnos. Estamos salvados ya, pero todavía falta un poco (o un mucho) para que se termine de cumplir la cosa.

 

Mientras tanto, lo que dice Pablo de la muerte de Jesucristo debería hacernos pensar. ¿Por qué insistir en que sólo murió una vez? Entre otras cosas, para remarcar la humanidad de Dios, que al encarnarse aceptó todo el 'pack' de la humanidad, llevándolo a lo mejor que puede ser una persona. Esa humanidad implica que solo tenemos una vida, y que lo importante es cuánto damos de ella. Por eso vale, por ejemplo, mucho más el donativo de la viuda que la del rico.

Pero hay un paso más. El número de vidas disponibles no es que abunde, y a cada uno de nosotros nos ha tocado vivir solo una. El dinero es solo papeles, monedas, tarjetas y cuentas de paypal. Pero tu vida... es tuya, es única y sólo la puedes entregar a una cosa. Sí: sólo a una cosa. Por cosa me refiero a un ideal, o a una persona... al final amamos a mucha gente, pero siempre vamos a tener una prioridad. Jesús, con la Cruz, demostró que su prioridad era el amor por la humanidad, cumplir el plan que el Padre le 'tenía preparado'.

En la vida de toda persona hay varios momentos en los que debe decidir qué va a ser su vida, qué, o mejor dicho quién va a ser su prioridad. Y eso lo cambiará todo. Para la viuda, la prioridad naturalmente era Dios. Para Jesús, también. Para nosotros... ¿dónde está la prioridad? ¿O vamos a estar toda la vida indecisos?