III Domingo del Tiempo Ordinario-Jesús nos llama primero
Casa de Santa Rosa de Lima, Santiago de los Caballeros, República Dominicana
Podemos ver que la misión de Jesús aunque haya iniciado en Galilea, es una misión universal. Es muy interesante saber que los elegidos por Jesús vivían cerca de pueblos paganos, estas personas no eran bien miradas por los religiosos de este tiempo, muchos eran hasta despreciados. Pero la mirada de Jesús no hace distinción de personas, Jesús tiene una mirada de amor, de misericordia. Jesús a diferencia de Juan, quiere una conversión no tanto por el miedo a la predicación, sino más bien una conversión que sea producto del amor al reino y una predicación que en vez de juzgar y condenar sea, de misericordia.
Este Reino que nos propone Jesús, es un Reino que se acerca a nosotros, es un Reino que no está lejano, la misión de Jesús es presentar a un Dios que se hace presente, que camina con su pueblo, el cual no es un Dios lejano, más bien es un Dios que se ha encarnado en el género humano. La construcción del Reino no es para algunos, esta construcción necesita de cada uno de nosotros, sin importar nuestra nacionalidad, nuestra cultura, nuestra formación política, nuestras orientaciones sexuales, o nuestra religión, estamos llamados hacer de nuestra convivencia, un lugar de paz y de amor, y si hay puntos diferentes o hay discusiones, ser capaces de buscar la reconciliación.
Nuestro mundo necesita de esa mirada de amor, de misericordia, nuestras comunidades necesitan de frailes predicadores de la gracia, al estilo de Santo Domingo, que tengan miradas de amor hacia sus hermanos. De esta forma podemos construir el Reino de Dios, no podemos dar o predicar lo que no tenemos, debemos centrar nuestra mirada en aquel que nos miró primero, que puso su mirada en nuestro interior, Jesús de Nazaret.