" La puerta, el buen pastor y el Mesías anunciado" IV domingo de Pascua. ciclo A

´´Yo soy la puerta de las ovejas: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. `` De hecho, ¿Cuáles son los pastos de las ovejas que siguen desde aquí a Jesús? En el Evangelio de este Cuarto Domingo de Pascua, Jesús se presenta como la puerta, el buen pastor y se revela a sí mismo como el Mesías anunciado.


“… las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera” Como la mayoría somos hijos de las ciudades, cada vez conocemos menos el trabajo que realizan los pastores que viven en el campo. Es muy interesante retomar tal imagen en diversos vídeos a través del YouTube, donde comprobamos los escritos narrados en esa perícopa directamente. Es impresionante. Aunque personas extrañas utilicen las mismas palabras que el pastor utiliza para atraer a las ovejas, ellas no consiguen que las ovejas les atiendan, sus intentos quedan sin éxito. Sin embargo, el pastor con las mismas palabras, hace que las ovejas le escuchen, dejen de pastar, miren para él y empiecen a caminar hasta donde él está.


Escuchar a otros. Escuchar es una clave que nos desafía diariamente, pues cada vez menos ejercitamos ese arte. Arte sí, pues es necesario abrirnos para recibir todo aquello que otro nos presenta. Escucharse a sí mismo. Tarea ardua que consiste en valorar y evaluarse, sacando los excesos que la vida cotidiana nos impone mientras buscamos algo que sea constante, eterno y absoluto.


En el Oficio Divino de la Liturgia de las horas de este día, san Gregorio Magno nos ayuda en la comprensión del texto comentando el amor de Jesús a su redil, comparado con el conocer mutuo existente entre las personas del Padre y del Hijo. Jesús prueba tal conocimiento donando su vida por sus ovejas. Al Espíritu Santo corresponde asistir en el discernimiento a aquellos que siguen los pasos tras Jesucristo como modelo y guía.


El discípulo es la imagen de la oveja que escucha la voz del pastor y se va hacia Él, pues tan grande hecho de nuestro Dios nos llena de gaudium y nos pone en marcha para anunciarlo. Él es el Camino que debemos siempre buscar y conocer. Acercarnos a conocerlo a él no nos cuesta nada y sin embargo acertarlo como nuestro pastor nos realiza. Nos realizará por toda la eternidad.


Tan inmensa es la Verdad, Bondad y Belleza del Buen Pastor que nos preguntamos y contestándonos junto con san Gregorio Magno: ´´ ¿Cuáles son, en efecto, los pastos de estas ovejas, sino los gozos eternos de un paraíso inmarchitable? Los pastos de los elegidos son la visión del rostro de Dios, con cuya plena contemplación la mente se sacia eternamente” Esa es la garantía de vida abundante en Jesucristo.