La vocación de fray Eckhart
Eckhart nació hacia 1260 en una localidad llamada Hochheim, en Turingia; su familia pertenecía a la nobleza. Ingresó en la Orden de Predicadores en el convento de Erfurt, en la provincia de Teutonia, siendo todavía muy joven, hacia 1275. Probablemente cursó sus estudios en Artes en Estrasburgo, y de allí pasó a estudiar teología en el Estudio General dominicano de Colonia, fundado en 1248 por san Alberto Magno, donde también había estudiado santo Tomás de Aquino. En Colonia entró en contacto con el pensamiento de inspiración neoplatónico difundido por los mejores discípulos de san Alberto, y con la doctrina tomista, de orientación aristotélica, que también contaba en ese centro con importantes seguidores.
Su vocación dominicana se desarrolló con altura en tres ámbitos: la enseñanza de la teología, las numerosas tareas de gobierno que se le encomendaron y la predicación, acompañada de la dirección espiritual.
En 1293 está en el convento de Saint-Jacques de París como lector sentenciario.
De 1294 a 1298 fue prior del convento de Erfurt y Vicario de Turingia. En adelante no cesará de ejercer cargos de gobierno en la Orden, signo de la confianza que sus superiores y sus frailes depositaban en él. Durante este priorato dio conferencias de formación espiritual a los novicios, y con este motivo compuso su primera obra en alemán conocida con el título "El discurso del discernimiento".
En 1300 vuelve de nuevo a París a ejercer la docencia de la teología. En 1302 recibe el título de Maestro en Teología y pasa a ocupar la cátedra reservada a los dominicos extranjeros. Por esta época sostiene una disputa académica con el Maestro franciscano Gonzalo Hispano.
En 1303 es nombrado primer provincial de la nueva provincia de Sajonia, desgajada de la de Teutonia. Ejerce esa tarea hasta 1311. Promueve la creación de tres nuevos conventos. Participa en tres capítulos generales de la Orden: Toulouse (1304), Estrasburgo (1307), Piacenza (1310); y también en los capítulos provinciales de su provincia. Además de sus múltiples tareas administrativas, ejerce una importante labor de predicación en lengua alemana que, en su conjunto, parece haber tenido un eco considerable.
En 1307, el Maestro de la Orden, Emerico de Piacenza, lo nombró vicario general para la provincia de Bohemia, que había surgido de la provincia de Polonia en 1301, y era entonces difícil de gobernar; los dos predecesores de Eckhar no lo habían logrado. Se trata de nuevo de una misión de confianza.
En 1311 fue enviado por segunda vez a enseñar a París. Esto constituyó un honor excepcional del que sólo santo Tomás de Aquino se había beneficiado anteriormente, y la prueba del inmenso crédito intelectual y espiritual del que gozaba en aquel momento.
Los estudios recientes sobre su teología espiritual reivindican su ortodoxia.
En 1313 el Maestro de la Orden, Berengario de Landora, lo envía a Estrasburgo como vicario general, encargado especialmente de la dirección espiritual de las monjas dominicas de la región. Durante el gobierno del Maestro de la Orden siguiente, Herveo Nedellec, continúa realizando esta misma tarea.
En 1323 o quizás a comienzos de 1324 fue enviado al Estudio General de Colonia, posiblemente para encargarse de la dirección del Estudio por ser el único Maestro en Teología. Allí sigue desplegando una gran actividad como predicador en los monasterios de dominicas, benedictinas y cistercienses. A los pocos años de su estancia en Colonia el arzobispo de la ciudad, Enrique de Virneburgo, preocupado por erradicar los errores de los begardos, le hace la guerra. Las rivalidades entre seculares y regulares, y entre franciscanos y dominicos influyen en la marcha del proceso. En su contra intervienen también dos frailes dominicos que tenían dificultades con los superiores de la Orden. Los dominicos alemanes se movilizaron para defender a su maestro más prestigioso.
El 13 de febrero de 1327 Eckhart lee al pueblo su defensa en la iglesia de los dominicos, en latín y alemán, y se retracta de cualquier error que en materia de fe hubiera en sus sermones o escritos. El 24 de enero del mimo año había apelado al papa, apelación que le fue denegada el 22 de febrero por el tribunal de Colonia. No obstante el proceso se trasladó a la corte pontificia de Avignon, donde Eckhar pudo defenderse, pero murió en esta misma ciudad hacia finales de 1327 o comienzos de 1328 antes de concluir el proceso. La bulla In agro dominico, de Juan XXII, registrada en Avignon el 27 de marzo de 1329 condena 28 proposiciones, de las que 17 son consideradas heréticas y las 11 restantes son calificadas de temerarias, aunque podrían ser interpretadas en sentido ortodoxo. Esta condena tenía como objetivo detener la difusión de las ideas de este célebre Maestro dominico en corazón de las gentes sencillas de la región por donde él había predicado. Hay que subrayar que la comisión de Avignon que examinó los escritos de Eckhart no tuvo en cuenta sus obras latinas.
Su discípulo fray Juan Taulero divulgó en gran parte sus enseñanzas. En el siglo XIX el dominico Enrique Denifle le dedicó muchos estudios, contribuyendo a eliminar los mitos creados en torno a su personalidad. El influjo de este gran Maestro espiritual sigue creciendo y es hoy mayor que en tiempos pasados. Los estudios recientes sobre su teología espiritual reivindican su ortodoxia.