Conmemoración de los Fieles Difuntos de la Orden: Un Recuerdo Lleno de Gratitud
Todos llevamos en nuestro ser destellos de quienes han caminado con nosotros.
Alguien dijo una vez que uno de los atributos que diferenciaba al ser humano del resto de las especies era su “memoria”.
Recordar es volver a vivir.
No en vano, el pueblo de Jesús es el “pueblo de la memoria”. Su oración cotidiana “Shemá Israel..” (Dt 6,4) bien podría traducirse, por “recuerda Israel, trae a la memoria, revive, no olvides las acciones del Señor en favor de tu liberación”, “porque nosotros éramos esclavos de Faraón en Egipto y el Señor nos sacó con mano fuerte” (Dt 6,21). Recordar es por tanto volver a vivir, actualizar en el sentido conmemorativo la experiencia que fue importante y que por ello no puede caer en el olvido.
En esta conmemoración de los Difuntos de la Orden, se nos invita a hacer memoria de tantos hermanos y hermanas, frailes, monjas y laicos que nos enseñaron a seguir a Jesús, al estilo de Domingo de Guzmán; aquellos y aquellas con los que hemos vivido y trabajado, a los que hemos amado, con los que hemos sufrido juntos, a los que nos ha tocado a lo mejor acompañar para el final y despedir… Memoria llena de gratitud por tantos y, por tanto.
En este ejercicio agradecido de la memoria creyente que alaba a Dios por sus hijos e hijas que ya se nos adelantaron, recogemos nosotros el testigo; con ilusión, nos enfrentamos a los retos que la predicación hoy pone ante nosotros, conscientes de formar parte de una familia más grande. De un proyecto que, durante más de ochocientos años continua con humildad en medio de la Iglesia, pretendiendo ser testigo de la Gracia de un Dios que ama nuestra humanidad, que viene a nuestro encuentro y nos ofrece su compasión como regalo siempre inmerecido.
Todos llevamos en nuestro ser de dominicos y dominicas destellos de otros y de otras, de sus formas y maneras, de lo aprendido y descubierto en el camino juntos, en esta vida compartida a la manera de Jesús y sus Apóstoles. Gracias Señor Jesús, por esa multitud de testigos hermanos y hermanas, que gozan ya de ti, que ellos intercedan por esta parte de la familia de Domingo que todavía continuamos en camino hacia ti.