"He seguido a mi corazón…"
Al largo de mi vida he tenido muchas posibilidades de encontrar mi felicidad. He tenido muchos empleos, he conocido a muchas personas de distintos orígenes, quise durante mucho tiempo compartir mi vida con alguien especial. Pero a los 34 años no tenía un rumbo bien definido. Tengo muchos amigos y una familia que siempre tuvo largas expectativas sobre mi futuro. Pero mi corazón me seguía invitando a una liberación personal…
Desde los 6 años iba a una parroquia en Oporto (Portugal), dirigida por frailes dominicos. Mi relación con Dios fue cambiando mucho a lo largo de los años. Aún no lo conocía bien y no entendía de qué manera él estaba presente en mi vida. Los frailes me han ayudado mucho en este entendimiento. Seguí siendo acompañado siempre por la familia y mis amigos, muchos de los cuales solo los descubrí después de los 23 años. Pero aún no tenía un camino…
Cuando todo parecía perdido, un fraile habló conmigo y me dijo: “¡mira…a ti te veo como dominico! Sigue sin miedo.” En esa semana había descubierto mucho de mi vida de manera muy intensa. Hice pasar por mi mente el recorrido de mi existencia. Total que sentí un fuego en mi corazón que no podía controlar. Y empecé a reflexionar. Muchas veces y de muchas maneras, en mi juventud, la posibilidad de ser dominico se planteó, pero no me convencía. Hasta que llegó el momento…
Fui al convento próximo a mi casa y hablé con dos frailes que me dijeron: “¡Mira…Aquí tenemos muchas posibilidades para ti. Piénsalo bien! Te invitamos a hablar con nuestro promotor de vocaciones”. Fueron días de alegría y de ansiedad. Mi familia se quedó sorprendida, pero feliz. ¡Por primera vez en mi vida fui totalmente libre! Después de hablar con el promotor había que empezar el camino.
Siento que he seguido mi corazón y sabía que Dios lo quería…. Y porque fui libre, fui verdaderamente feliz. ¡Ahora sé que ser dominico ha hecho de mi todo lo que soy en este momento de mi vida!