La vida del misionero
Mi reflexión está basada sobre todo en la tarea que realizan los misioneros, me llama mucho la atención ver a frailes, compañeros, voluntarios, que dan su vida por los demás en lugares muy difíciles; como el Perú, y en otros lugares donde las condiciones de vida de las personas están muy mal.
El misionero es aquella persona que deja toda la familia, los amigos como lo hicieron los apóstoles para seguir a Jesús, es decir, anunciando la buena nueva animando a aquellas personas en las que se encuentra en su lugar de misión. Muchas veces en la vida, cuando nos sentimos solos, abandonados por tanto sufrimiento, no sabemos de dónde agarrarnos, pensamos muchas veces que el Señor no está con nosotros y no es así. Dios no abandona a nadie, el hecho palpable lo vemos en la parábola del buen pastor que tiene 100 ovejas y se le pierde una, él va en busca de esta oveja perdida, así también es el Señor, que sale a nuestro encuentro y no deja que nadie se pierda.
El misionero. Es la persona que enseña la doctrina cristiana en aquellos lugares en que las personas lo desconocen. Muchas veces nos damos cuenta que en los lugares al que nos dirigimos, para las misiones, la personas apenas tienen el primer sacramento de la iniciación cristiana que es el bautismo, en el que nos hacemos miembros de la Iglesia y seguidores de Cristo ¿por qué ocurre eso? Simplemente debido a que nadie les ha hablado de Cristo, por esta razón no le conocen. Agradezco el esfuerzo que hacen los misioneros en evangelizar, en dar a conocer quién es Jesús. El misionero no solo es la persona que sale de su tierra y lo deja todo para evangelizar, sino que también uno puede ser misionero en su propia tierra, ayudando a la gente en vivir cada día mejor según las enseñanzas de Jesús. El misionero en otras tierras debe adaptarse a las costumbres y la cultura del lugar y allí comunicar el mensaje salvador del Señor.
Creo que cuando uno tiene una fiesta lo prepara todo para que salga bien. Los cristianos nos preparamos cada año con la cuaresma para resucitar con el Señor en la Pascua. Yo, en este momento me encuentro en una etapa de preparación que es el prenoviciado, en el que cada día es una experiencia para responder a la llamada que el Señor me ha hecho. Le pido al Señor que me de fuerzas para responder con generosidad y poder llegar a ser un misionero, como los que admiro por su obra. Quiero animar y felicitar a los misioneros, que hacen lo posible para que podamos conocer cada día al Señor, mediante la eucaristía, atraves de la catequesis, y en otros actos de fe.
El testimonio de frailes como: Francisco Villacorta, que trabaja con los presos animándoles y compartiendo sus inquietudes; Francisco Panera, que trabaja como misionero en Guinea Ecuatorial compartiendo también las inquietudes que tienen la gente y Roberto Okón Pocó, en su labor de educación de los jóvenes. Son un estímulo para continuar adelante y sentir que este es el camino que el Señor quiere para mí. En la vida cuando se quiere se puede y todos podemos aportar nuestro granito de arena, lo importante es ser tú mismo.