Los votos solemnes
Y si se cancelaron bodas, primeras comuniones, confirmaciones, encuentros deportivos, fiestas, las Fallas y los vuelos comerciales, también era de esperar que se tuvieran que cancelar las profesiones de votos solemnes, programadas para el 5 de julio aquí en Valencia por la emergencia sanitaria. Reprogramadas para el 5 de julio, alguien podría tomarlo como un «tiempo extra para pensarlo mejor», que, por aquello no lo sabías, la profesión solemne es el compromiso de un fraile para toda la vida. Y sí, eso de repetir la fórmula que han recitado miles de dominicos, entre ellos muy ilustres, y decir «hasta la muerte» no es algo que se haga a la ligera. Es una proclamación de querer configurarse cada día al estilo de santo Domingo, pero que no tiene vuelta atrás en el hacer propia la justicia, la solidaridad y la fe.
Ahora, ¿cómo se llega a esto? Pues es un viaje donde Dios es el camino, el que acompaña, el que genera las experiencias; y uno va caminando, hallando las luces para continuar, teniendo tiempo para agradecer, para compartir, soñar y realizar. Toma sentido desde la predicación, que es compartir esto que has experimentado. Cierto es que a veces las experiencias también son negativas y, por qué no decirlo, hasta el punto de defraudarnos por la razón que sea. No obstante, la oración es la que hace cerrar los ojos, fortalecerse ante la etapa complicada y continuar con los hermanos, las hermanas que van en el mismo camino, en la misma ilusión y en el mismo gusto por el servicio. Aunque, claro, para esto también hay que estudiar, que externar el mensaje de la revelación no es algo automático, sino un proceso de interacción entre lo leído, la explicación, lo orado y lo vivido.
A veces, entonces, quisiéramos hacer de esta profesión una comparación con una boda, o bien un mero protocolo de un día más: ni una ni la otra. Es de celebración, regocijo y fiesta el aceptar un compromiso, pero también es un sí que no se improvisa, que no es sino una reafirmación de lo que se vive diariamente en medio de los hermanos y hermanas. Y, bueno, disculpas por el hecho que este artículo no cuenta la experiencia de la profesión solemne aún, pero estas líneas sirven ahora para poder contar con tus oraciones por nuestra próxima profesión en julio, que es alegría compartida.