Mi vocación misionera
¿Cómo fue tu vocación?
Semejante a la de Natanael, al cual, Felipe presentó a Jesús. Yo nací en Villava-Navarra. Allí, uno de mis obispos antecesores de nuestras misiones, fundó el Seminario Hispanoamericano de Misioneros Dominicos. Por otro lado, yo tenía un hermano (ocho años mayor que yo) dominico, que estudiaba en la escuela Apostólica de Villava. Fácil es comprender lo demás. Fui cautivado por los jóvenes que estudiaban, jugaban, reían y estaban contentos. La presencia de nuestros misioneros de la selva, ya ancianos, que llegaban y hablaban, relataban y contaban todas sus excepcionales experiencias misioneras llenaron mi alma de esa llamada que Dios me hacía a través de personas entrañables.
¿En qué ha cambiado a lo largo del tiempo?
No sé si la pregunta se refiere al cambio de mi persona, al cambio de mi vocación o al cambio del momento actual. De cualquier forma, personalmente puedo afirmar que no ha habido cambio, ni en mí, ni en la misión, ni en el reto misionero. Analizando un poco mi vida, mis experiencias misioneras, mis vivencias personales, puedo decir que sigo con la ilusión de los primeros años. Yo he tenido una sola juventud; y esa juventud me la jugué en favor de las misiones, de gentes que yo no conocía, de lugares entrañables, de familias sumamente bondadosas. Después de estos 36 años de vida misionera, de los cuales 32 han sido en ejercicio episcopal, afirmo solemnemente que todo mereció la pena.
¿Cómo vives la llamada de Dios en tu trabajo/ocupación/ministerio actual?
Vivo en el convento "San Valentín de Berriochoa" de Villava Navarra,donde me inicié a la edad de 11 años como "Apostólico". Vivo inmerso en nuestras misiones del Perú, atendiendo muchas de sus necesidades, consejos y oraciones. Vivo en la predicación, recorriendo los conventos, acudiendo a Ordenaciones sacerdotales-diaconales y a las confirmaciones que me solicitan. En este tiempo he podido dirigir Ejercicios espirituales a varios Monasterios Dominicanos de Vida Contemplativa, he tenido charlas y conferencias sobre nuestras misiones,y vivo en una comunidad de frailes donde siento su estima hacia mí y mi cariño hacia ellos. Estoy sumamente feliz.
¿Qué podrías decirle a alguien que se plantea su vocación?
1) Que consulte esa decisión decisiva en su vida. La consulta debe ser lógicamente a dominicos en vida activa para que les explique qué la vida dominicana, rasgos fundamentales, Santo Domingo y su obra, la presencia dominicana en el mundo entero, la vocación intelectual, la predicación y la misión "ad gentes" (presencia de los misioneros dominicos en el mundo entero)
2) Vivencia experimental en algún convento dominicano: práctica de la oración, vivencia de la liturgia de las Horas, armonía en la vida de comunidad....
3) La vocación dominicana es tan asequible y admirable que abarca todos los ámbitos del evangelio y de la Iglesia. Es un auténtico reto y sólo pueden realizarlo los verdaderos entregados a esta hermosa causa.
¿Qué pregunta te harías a ti mismo?
¿He sido fiel? ¿He sido honrado? ¿He sido coherente? ¿He sido dominico? ¿He dedicado mis fuerzas en favor de los más necesitados?