Tengo una cosa que decirles

Tengo una cosa que decirles

Fr. Carlos Antonio Ávila Martínez
Fr. Carlos Antonio Ávila Martínez
Real Convento de Predicadores, Valencia

Quisiera compartir con Ustedes queridos internautas de la página web ser fraile dominico, una breve historia de mi vocación a la Orden de los Predicadores.

Soy fray Carlos Ávila Martínez OP, un novicio dominico, oriundo de Argentina, y sacerdote desde hace 25 años.

He tenido desde mi temprana edad, la oportunidad de conocer la Orden de los Predicadores, sus grandes e insignes hombres y mujeres, los santos, hijos selectos de la Orden y de la Iglesia.

El pasado 8 de diciembre del presente año, celebre mis bodas de plata, en el noviciado de Santo Tomas de Aquino en Sevilla. Doy gracias a Dios por el don del ministerio sacerdotal!

Tal vez les pueda llamar la atención, que después de 25 años haya decidido pedir el ingreso a la Orden de Predicadores. Pues sí, yo también estoy asombrado por los caminos nuevos por donde nos puede llevar el Señor.

Después de mi ordenación sacerdotal en el año 1990, he tenido la oportunidad de ejercer mi ministerio sacerdotal, en diversas funciones y en diversos países del orbe: me desempeñe como formador en un seminario de Perú, después continúe mis estudios en Roma, en la Universidad de los frailes dominicos, y una vez finalizado mis estudios de licencia en teología, partí en el año 1995 como misionero a Rusia.

En Rusia, además de aprender con mucho esfuerzo la lengua rusa, me familiarice con la cultura y la fe de un pueblo totalmente nuevo para mí, y por el cual surgió para mí un gran aprecio y admiración, y con el cual conservo un gran lazo espiritual y de amistad.

Y finalmente, me dirigí a un país del Asia Central, cuyo nombre es Tayikistán, en el cual me desempeñe como superior de una Misión, durante 17 años. Una vez finalizada mi labor, partí para Roma, para inscribirme en el doctorado en teología en la Universidad de la Orden.

Hasta aquí nunca se me paso por la cabeza hacerme dominico, es mas tenía la intención de incardinarme en la arquidiócesis de Madrid, y así lo solicite y fui designado como vicario parroquial en la parroquia de San Blas, en las afueras de Madrid.



Durante este año en la parroquia, Dios ha suscitado en mi alma el deseo de continuar con mi vocación a la vida religiosa en la Orden de Predicadores. Decidí ponerme en acción o manos a la obra, para discernir sobre este fuerte e inquietante deseo.

La figura carismática y atrayente de Santo Domingo de Guzmán, ha ejercido en mi alma una gran influencia y un fuerte deseo de seguir sus huellas, en la Orden, convencido de que ese es el mejor modo para mí, de seguir  a Cristo, pobre casto y obediente.

Conocí el sitio web de la Orden presente en España, y leí un artículo de Fray Julián de Cos OP, actual prior de Caleruega, sobre “los rasgos fundamentales del fraile dominico”, el cual se lo recomiendo a todos aquellos jóvenes, que tengan inquietudes vocacionales hacia la Orden de los Predicadores.

Luego, inicié un camino, una búsqueda de respuestas, poniéndome a la escucha de lo que Dios me sugería, y por este motivo acudí a los dominicos del convento de Atocha, y con la valiosa ayuda y guía espiritual de Fray Juan José Lastra OP, tuve la oportunidad profundizar con mayor discernimiento y serenidad, este deseo de solicitar el ingreso al noviciado. Y así, lo hice y fui aceptado.

Y aquí estoy finalmente, en el noviciado Santo Tomas de Aquino en Sevilla, feliz y agradecido, por supuesto no sin dificultades, pues ser novicio a mi edad, es decir a los 51 años, no ha sido muy sencillo, pero gracias a Dios y a la guía de mis superiores voy superando las dificultades y las tentaciones propias o los falsos espejismos, que se hacen presentes en el seguimiento a Cristo Jesús.

Espero seguir superando esas dificultades hasta septiembre, final de mi noviciado, después les contare como termina mi historia! Yo deseo y espero lo mejor, Dios y mis superiores  dirán.

Gracias por Vuestra atención, espero no haberlos aburrido y deseo que pueda de ser de ayuda para algún joven, chico o chica que tenga alguna inquietud vocacional a la Orden de los Predicadores, les aseguro que vale la pena y el desafío es emocionante!

Aprovecho para encomendarme a vuestras preciosas oraciones, no es necesario que sean muy largas, y yo rezare por todos aquellos que hayan leído al menos esta frase de mi testimonio vocacional!

Me despido con un gesto fraterno, deseándoles a todos un feliz Jubileo de la Orden de los Predicadores!