Pasión por la Verdad
Recibo la noticia de los frailes dominicos más jóvenes de España portadora de una canción que ya está resonando en el Caribe. He afinado el oído para sintonizar y escuchar mejor dándome cuenta que es una canción nueva, con nueva letra, nueva música, nueva orquesta. Una canción para escuchar con el corazón.
Sintonizo con quienes, con jubilosa sencillez dicen que ser dominico les entusiasma y apasiona, no pueden callarlo porque les quema dentro, necesitan contarlo, compartirlo, cantarlo con canción nueva.
Tomo conciencia de que los dominicos más jóvenes suman sus voces a los del Caribe, del Sur y la Amazonía, el mediterráneo, el Atlántico, el Caribe y el Pacífico. Continúo recreándome y escuchando en el corazón de nuestra América en Fr Domingo:
…Domingo, tu voz en América
descubre la fuerza de la verdad.
Domingo, tu voz en América
es fuego de libertad.
El dominico es voz y clamor del nativo también en Cuba. Fue por estas latitudes del Caribe donde sonó el grito de Montesinos: “¿es que éstos no son hombres?”, voz que decía y defendía la verdad. ¡Así es la comunidad dominicana!. Sigo comunicando con vosotros jóvenes que habéis acudido a un adulto mayor y que quiere compartiros el sueño de nuestra comunidad de predicadores en Cuba: abrir caminos de vida y crear lugares de encuentro.
La verdad es lo nuestro, nuestra pasión y la riqueza inabarcable de la verdad permite otros acercamientos distintos a los nuestros. El mundo en el que nos encontramos es el mundo de Dios, el que Dios ama. Sólo el amor es capaz de descubrir lo bueno que existe ya en este mundo. Los santos padres afirmaban que sólo se ve bien con el corazón y hay que ser capaces de mirar y conocer la verdad de los libros y la que hay en cada persona. Cerca de nosotros encontramos personas no creyentes sin ruta ni camino y otras que buscan aunque no sepan qué ni a quién.
El Movimiento Juvenil Dominicano publicó un póster con dos palabras en el centro: DE VERDAD acompañadas por una serie de verbos. El único modo de servir la verdad es con entrañas de misericordia, nos lo dejó dicho Fr Bartolomé. Se impone salir en busca de la verdad por los caminos del mundo, de otros mundos y abrirnos a lo otro, a lo distinto, a lo nuevo. ¡Hijos de itinerantes somos! Ha sonado la hora del coraje de apostar y arriesgar, echar las redes en otra dirección.
Es enriquecedor y gratificante buscar la verdad con los otros porque nadie es señor y dueño de la verdad. Oír y escuchar la verdad de los otros, aunque “no sean de los nuestros”, la diga quien la diga, sea creyente o no. No podemos acaparar la verdad, porque no somos propietarios. A la entrada del aula Fr. Bartolomé se lee: “La verdad, quien quiera que la diga, procede del espíritu Santo, que infunde la luz natura y mueve para entender y manifestar la verdad” (St. Tomás de Aquino). Encontrarnos y disfrutar siendo personas dispuestas a decir la propia verdad y que salen al encuentro para escucharla de los demás y buscar lugares de “encuentro” donde podamos ofertar una fe basada en la pasión y no en la posesión de la verdad.
Dice José Martí: “La verdad cuando despierta ya no duerme”, agrego: ni puede dejarnos dormir. De verdad, merece la pena apostar por la verdad siendo verdad. Les escribo teniendo presente las palabras que sobre nosotros dijo José Martí: “Los buenos dominicos, siempre buenos, hasta para América buenos”.
Busquemos la verdad y corramos tras ella.