Artículos de Fr. Cándido Ániz Iriarte
Amar sin medida, y no con cicatería; ésa es la verdadera talla del amor, según la medida del mejor humanismo, y, sobre todo, de la vida en Cristo.
Pedro era un pescador en el mar de Galilea, era como un confidente del mar; y en plena juventud cambió de vida: de ‘pescador’ en Galilea pasó a ser ‘pescador de otros mares’.
Qué largo camino, y cuán doloroso y singular, el de la vocación cristiana y misionera de Pablo hasta hacer de su vivir un ‘vivir para Dios’, un ‘vivir en Cristo y con Cristo’, despreciando cualquier otro valor que se presentara como tentación del maligno.
Fray Juan estrenó vida religiosa pasando jovialmente un año de prueba en que reflexionó sobre el testamento o herencia que dejó santo Domingo a sus hijos: vivir en caridad, amar la humildad, abrazar la pobreza y estudiar para servir a la misión apostólica.