Blog

Blog



Artículos de Fr. Néstor Rubén Morales Gutiérrez

Sin amor la vida termina en el abismo. El amor da sentido a la vida y es el sentido de la vida. Toda nuestra vida vale en proporción al amor que encontramos o damos en ella. «Ama y haz lo que quieras», diría san Agustín.
No hay vida sin relación, al menos vida con sentido. Entre los muchos placeres que buscamos, deseamos tener unas relaciones interpersonales sanas, que nos permitan el encuentro y la libertad, la apertura y la confianza, nuestro crecimiento humano y espiritual.
«¡Calma, que siempre que llueve, escampa!». Era la expresión de mi difunta abuela en tiempos de dificultad; cuando todo parecía oscuro, sin salida y sin esperanza. Confiemos en Dios, que es el único que puede darnos una esperanza cierta y creíble.
Habitar en la luz es dejarse guiar por la gracia de Dios, la gracia permite que participemos de la luz de Cristo y ofrecer la luz a la demás. Los cristianos estamos llamados a dejar la ceguera y habitar en la luz.
El descanso nos permite el encuentro con nosotros mismos: quizás esta es la clave espiritual de quienes aprovechan en profundidad su tiempo de descanso, un buen tiempo de descanso nos hacer reflexionar sobre nuestro yo.
La fiesta de la Epifanía del Señor, que celebramos este domingo, es tradicionalmente conocida como el día de Reyes. Sin embargo, no es el regalar (cosa que nos impone el mercado mundial) lo que realmente hace de esta fiesta algo importante, sino más bien «el a
"Los valores, la amistad, el amor, la propia vida, la felicidad… ninguna de estas cosas puede ser vendida, y menos rebajada. Creer que podemos comprarlo todo es vivir en una falacia existencial que crea vacío y provoca soledad".
La característica fundamental de cada persona divina es ser para la otra, por la otra, con la otra y en la otra. Cada persona viva se vivifica eternamente vivificando a las otras y participando de la vida de las otras.
Mi experiencia ha sido hacer de cada comunidad mi familia, mi hogar, mi casa, porque en casa siempre nos sentimos cómodos. Ahora que ya visto el hábito de los predicadores, siento que me parezco más a los que han llegado antes.