"Historia de una vocación dominicana"
Me llamo Salvador Becoba Raso, soy oriundo de una antigua "provincia" española (Guinea Española); hoy Guinea Ecuatorial, cuya capital es Malabo. Después de un largo periodo de predicación llevada a cabo por los Misioneros Claretianos, mis antepasados asimilaron la verdad del Evangelio y, a su vez, quisieron que se transmitiera a sus hijos, nietos, bisnietos, … de generación en generación.
Mis abuelos y mis padres fueron los que me iniciaron en la vida cristiana después de recibir el bautismo con un año de vida, empezando así a formar parte de la vida cristiana. Fue en la familia donde me iniciaron a la vida de Cristo. Mis primeros pasos fueron gracias a un sacerdote español, José Antonio Vega Diez SDB, quien nos atrajo con su entrega, cercanía y estilo en su trabajo con los jóvenes del barrio, otros sacerdotes se quedaban en las oficinas… Y ya entonces me dije: “yo también desearía ser como este sacerdote”…Fue él quien me dio la primera comunión, me acogió como monaguillo en su parroquia de San Fernando y San Juan Bosco. El verme en el altar me hacía pensar: “ya estoy cerca y ahora quiero ser como el que consagra el Cuerpo y la Sangre de Cristo”
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Sinceramente yo no había oído hablar de Domingo de Guzmán, ni como santo y mucho menos como fundador de los Dominicos, sólo había oído hablar en la filosofía de Santo Tomás de Aquino, por su popularidad, y por sus obras. La Orden Dominicana la conocí en la universidad gracias a mi profesor Fray Roberto Okón Pocó…, me persuadió y me invitó a formar parte de su Orden. Yo le dije: “padre has llegado tarde porque ahora estoy con los Salesianos de Don Bosco”; él sin insistir me dijo: “te estaré esperando”. Y eso me convenció a dar el paso… Fui a pedirle ser aspirante dominico… y me dijo: “te estuve esperando desde hace mucho”; esa expresión me llenó de ánimo y me dio tal confianza que me puse al servicio de la Parroquia Santa Maravillas de Jesús. Fray Francisco Panera, párroco de la parroquia, me dio un libro que me puso en contacto con la Orden, personas ilustres que ha tenido... estilo y carisma… Los dos me acompañaron en mi camino vocacional en mi país, me animaron a que mi vida en la Orden siguiese creciendo. Me quedé muy sorprendido en la disponibilidad y la cercanía de los dos frailes.
Cuando llegué al postulantado en Valladolid los frailes me recibieron cercanamente y me animaban todos los días, siempre dispuestos a escucharme cuando les necesitaba. Ahora estoy en la etapa de Noviciado… conociendo a la Orden más de cerca con su carisma, estilo, oración, misión, formación dominicana y religiosa…, todo lo que me abre las puertas para el futuro… y le pido a Dios que me ayude a ser bueno como persona y como religioso para estar siempre abierto, dispuesto y disponible como los que tengo de modelos.
Todo lo necesario para poder realizar la misión que, hace 800 años, nuestro padre Domingo nos confió, y que él recibió de Jesús: “llevar el Evangelio a todas las naciones”. Con mi saludo fraterno, os animo, que si estáis pensando en seguir a Jesús, éste de la Orden de Predicadores es un buen camino… ¡animaos y no os arrepentiréis!