Lo que la teología puede decirnos hoy
¿Teología? Quizás poco aparece este nombre en el catálogo de ofertas académicas de las universidades. ¿Teólogos? Tienen una sobria presencia en los grandes medios que definen la opinión pública. Sin embargo la reflexión teológica sigue viva y nadie le puede negar sus invaluables aportes a las sociedades donde el cristianismo ha tenido presencia a lo largo de la historia. Pero cabe cuestionar si el quehacer de los teólogos sigue siendo vigente en sociedades cada vez más secularizadas en las que lo religioso ha ido perdiendo progresivamente su importante papel en las vidas de las personas. ¿Cómo definir la participación de los teólogos en el mundo actual?
En su más reciente discurso a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, el papa Francisco señaló que los teólogos tienen la labor de «sacar a la luz aspectos siempre nuevos del misterio inagotable de Cristo». La reflexión teológica es realizada por hombres y mujeres creyentes, sedientos por conocer la Verdad, apasionados por la sabiduría que emana del Evangelio y preocupados por traducir esa experiencia y conocimiento al lenguaje de las personas de cada momento de la historia.
"...la teología ha aportado a la humanidad grandes manifestaciones artísticas..."
La teología es una ciencia, por tanto, posee método. Pero no debe confundirse esta afirmación con la definición positivista de lo que es científico. El quehacer teológico tiene aspectos que lo aproximan a otras manifestaciones del conocimiento. Sin embargo, también posee su forma particular de interpretar la realidad y de responder a las interrogantes que el ser humano se plantea. Por eso a lo largo de la historia la teología ha aportado a la humanidad grandes manifestaciones artísticas, ha planteado importantes cuestiones antropológicas y del derecho, ha fundamentado y motivado a las sociedades en la justa búsqueda del bien común, ha generado una fértil producción literaria, en otras cosas.
Los teólogos son personas de riesgo. El papa Francisco ha insistido en que la reflexión teológica tiene que ir a las cosas que no son claras y arriesgadas. La teología tiene su capital fundamento en la Revelación de Dios en Jesús de Nazaret. La particular comprensión teológica del ser humano como hijo de Dios es el principal aporte que la teología puede dar a un mundo que se escabulle en el relativismo y que, estresado por tantos peligros, cae con facilidad en la tentación de perder la esperanza.
El Evangelio es un horizonte que no tiene fin. Nunca se agota.
Desde su condición de creyentes, los teólogos proponen humildemente una antigua y novedosa forma de comprender la realidad que, lejos de perderse en cuestiones absurdas, pretende buscar y revelar la más profunda belleza y felicidad del ser humano.