Teología y cultura – Entrevista al padre Augustin Laffay, OP.

Teología y cultura – Entrevista al padre Augustin Laffay, OP.

Teología y cultura – Entrevista al padre Augustin Laffay, OP, archivero de la Curia General de la Orden de Predicadores. #clubcultura  

 

¡Querido padre Augustin Laffay bienvenido en Club Theologicum!, ¿cuándo comenzó su trabajo como archivero de la Curia General en Santa Sabina? ¿Y cómo está resultando esta misión?

Recibí el puesto de archivero hace un año, en enero de 2020. El archivero es quien archiva, conserva y comunica los documentos. En cierto modo, es el guardián de la memoria de un grupo humano: una familia, una asociación, un Estado… A nivel personal, no soy archivero de formación, sino historiador. El historiador es aquel que utiliza los archivos para reproducir un relato coherente y veraz de los acontecimientos pasados. Comparado con un archivero, es un consumidor de archivos, no un guardián de estos documentos. Me llamaron a falta de algo mejor: intento conciliar ambas funciones.

¿Cuáles son las funciones de un archivero? Y, más concretamente, ¿las del archivero de la Curia General de los hermanos predicadores?

Los archivos conservados en Santa Sabina abarcan ocho siglos de historia y afectan a cuatro continentes con áreas culturales muy diversas. El archivero goza, por tanto, de un punto de vista privilegiado: desde la cima del Aventino, ve el desarrollo del proyecto de la Orden, plantado a modo de semilla por santo Domingo. Al mismo tiempo, tiene que dar grandes saltos de una lengua a otra, de una cultura a otra. Es necesario interesarse en todo aquello que interese a quienes llaman a la puerta de los archivos: poder pasar del estudio de un manuscrito litúrgico del siglo XIII al de una misión en Japón en el siglo XX…

¿Qué papel debe desempeñar la literatura (especialmente los libros) en la vida de todo cristiano de hoy?

La literatura no es solo, ni siquiera principalmente, una distracción para las noches de confinamiento. Las palabras tienen un peso, una eficacia, que puede apreciarse en una declaración de amor o si se profieren palabras amenazantes. Insultar a un hombre puede ser mucho más doloroso para él que golpearlo físicamente. Si Dios habla a los hombres a través de sus profetas y luego por su Hijo, como dice la epístola a los Hebreos, es porque los hombres necesitan oír —o leer— palabras que les iluminen acerca de su existencia, palabras que sean definitivas y decisivas para ellos. La literatura participa de este papel: el verbo humano nos hace comprender algo de la Palabra divina, con la cual nunca está desvinculado. Conozco cristianos que se han convertido leyendo a Blaise Pascal o a Léon Bloy.

 TC

Archivos y fe: redescubrir las fuentes para redescubrir la adhesión a la fe católica. En su opinión, ¿es importante que la teología católica redescubra sus raíces históricas?

Sí, este es un punto esencial, porque Dios se ha manifestado en la historia. Los cristianos no se adhieren a una idea: han descubierto a alguien, el Dios uno y trino, que se nos ha dado a conocer en la persona del Hijo. Olvidando esta dimensión histórica de nuestra fe, el momento en que Dios tocó de alguna manera la tierra para tocar nuestros corazones, reducimos la fe cristiana a una ideología más. De la misma manera, un dominico tiene que entender de qué roca fue sacado (Is 51:1). No se dio a sí mismo la vida religiosa: la recibió de otro, que la recibió de otro, y todo esto nos lleva de vuelta a santo Domingo.

Como fraile dominico, ¿cree que el diálogo con la cultura es una de las funciones de la Orden de Predicadores? ¿Puede la cultura ser una ayuda para la contemplación profunda, en la tradición dominicana del «Contemplari et contemplata aliis tradere»?

La Sagrada Escritura es a la vez obra del Espíritu Santo y de los escritores sagrados. No inventaron palabras: utilizaron el vocabulario de su tiempo, de su cultura, para dar cuenta de lo que Dios les inspiraba. Es una invitación a reconocer que la revelación se ha insertado en una o incluso varias culturas concretas. Al mismo tiempo, el cristianismo ha fecundado poderosamente las culturas antiguas, hasta el punto de ocasionar nuevos e inesperados frutos. Los hebreos huyeron de Egipto y cruzaron el mar Rojo cargando con los tesoros de los egipcios, según nos cuenta el Éxodo. Y piensa en lo que el Evangelio ha inspirado: el arte de los iconos, por supuesto, pero también la arquitectura, la literatura, la pintura, la escultura, las obras cinematográficas… La cultura occidental es incomprensible sin ver sus raíces en el cristianismo. Los Estados que han intentado negarlo han creado los peores totalitarismos. Tenemos que comprender y hacer comprender toda esta dimensión cristiana de nuestra cultura.

Muchas gracias.

 

Fr Gabriele Giordano M. Scardocci OP, traduzione dallo spagnolo fr. Bernardo Sastre Zamora OP