Artículos de Antonio Rafael Medialdea
Santo Domingo fue un hombre de la escucha. De una escucha atenta en medio de un contexto de confrontación y de guerra.
Desde mi ordenación diaconal han sido frecuentes las preguntas acerca de mi ministerio. Algunas eran sobre lo que dicho ministerio me capacitaba para hacer. La pregunta común en esta línea era: «Bueno, ¿y ahora qué puedes hacer?».
Marta, en medio del dolor, cuando escucha decir a Jesús que él es «la resurrección y la vida», le cree.
La bienaventuranza según santo Tomás, es decir la felicidad. El hombre desea y anhela ser feliz, porque Dios ha inscrito en él mismo, dicho deseo.
Jesús nos propone a los siervos inútiles como modelo. Aquellos que actúan desinteresadamente. Porque consideran correcto aquello que hacen. Han integrado en su corazón los mandatos del Señor.
Diríamos que santo Domingo estaba atento a los signos de los tiempos. Por eso, aunque dedicó gran parte de su vida al estudio, los libros no lo convirtieron en un ratón de biblioteca sino que, como dice un padre venerable, le impulsaron a comprometerse con la
"Para ser capaces de trasmitir la misericordia de Dios hemos de ser capaces de sentir dicha misericordia en nuestra vida".
La verdadera confesión no es sólo reconocer nuestra pequeñez, sino confesar y confiar en la misericordia de Dios.
"El objetivo último del estudio es ser mejores personas para poder servir mejor: ese es, en el fondo, el sentido dominicano del estudio. El estudio, como muchas cosas en la vida, nos lleva a renunciar o escoger para lograr un objetivo mayor".
El cristiano debe ser portador de paz y perdón en medio de un mundo herido por la guerra y el rencor.
La música y la liturgia han sido parte importante e integrante de nuestra tradición desde los comienzos de la Orden. Tanto es así, que la Orden tenía un Rito propio para la celebración de los sacramentos.
En nuestra vida estamos tentados a ponernos en el centro de todo, a engordar desordenadamente nuestro ego, de abusar de la expresión “es que yo soy…”. Juan el Bautista nos da el remedio. Ante esas preguntas, que son nuestras tentaciones diarias, responde rotun
Dios sigue transfigurándose hoy en día, sólo debemos saber mirar bien. Dios sigue hablándonos y llamándonos hoy en día. Su voz sigue diciendo de forma clara lo que debemos hacer. Simplemente debemos estar atentos y escuchad.
«El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido»
La cuaresma es un buen tiempo para que nos preguntemos quién es Jesús para nosotros.
Los santos han sido para su época un toque de atención. Muchas veces han sido incomprendidos, ya fuera por ser adelantados a su tiempo o por ir en contra de las ideas reinantes de la sociedad.
Es verdad que tenemos problemas pero es importante estar serenos, intentar que nada nos quite la felicidad.
Es un tiempo de conversión. De confrontarnos con nosotros mismos y de reconocernos tal cual somos. Ver aquello que nos aleja de Dios para desterrarlo de nuestra vida.
El canto ha formado parte de nuestra historia y ha ayudado a muchos hermanos nuestros a acercarse cada vez más a Dios.
Dios no impone su Reino a nadie, debe ser acogido en el corazón como una opción fundamental
Todos estamos llamados a algo más. Pero quizás el ruido de nuestro mundo no nos deja oír bien.