Artículos de Fr. Eleandro Emilio Pérez Acuña
Perder nuestra capacidad de diálogo es dar un paso hacia atrás, hacia la deshumanización.
La oración debe llevarnos también a conectar de una manera diferente con la realidad. Esta perspectiva distinta nos debe llevar a verla desde la mirada de Dios que es la del amor y la justicia.
La realidad es que nuestra esperanza no es algo sino alguien, tiene un “Nombre que está sobre todo nombre” (Flp 2,9): Jesús de Nazaret.
La llamada a ser sembradores del Evangelio es una llamada a vivir nuestra fe con esperanza; a no desalentarnos por no recibir los resultados esperados.
Jesús no hablaba de sí mismo, no hacía discursos de autodefensa. El centro de su vida y su misión eran su especial relación con el Padre y el anuncio del Reino de Dios. Jesús conoce nuestras vidas incluso mejor que nosotros mismos, y nos acepta y ama.
"El evangelio de este domingo nos muestra dos enseñanzas de Jesús con un contraste increíblemente fuerte: la primera nos advierte sobre la falsa religiosidad, y la segunda sobre un gesto, humilde y casi desapercibido, que nos debe llevar a vivir auténticamente
"Como sembradores debemos cuidar y atender nuestra semilla para que germine y más aún para que crezca, pero sabiendo que lo que hace que brote la vida no son nuestros esfuerzos, no es algo que hayamos añadido a la semilla sino su propia fuerza vital".
Puede que el miedo a avanzar y a asumir las consecuencias del camino de la cruz nos paralice y por ello pidamos, como Pedro, hacer “tres tiendas” y quedarnos en lo aparentemente bueno sin enfrentar la realidad.
Me dijo que yo podía ser dominico y solo le respondí que ni jugando