Artículos de Fr. Jesús Nguema Ndong Bindang
Una forma de conocer a un personaje es recurriendo a su vida y a sus escritos. Por eso, la historia de Santo Domingo está llena de testimonio que merecen ser conocidos.
Los cristianos desde los albores de la Iglesia, han interpretado la relación entre Dios y el ser humano a partir de unas mediaciones, y en particular, a partir de Jesucristo.
«¿Qué camino he de seguir?, ¿dónde está la verdad?, ¿qué es y dónde está la vida?»
Estas palabras de Cristo nos pueden servir de aliento: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre» (Jn 11,25-26)
La verdadera felicidad no se encuentra fuera, en lo externo a nosotros. La felicidad depende de nuestra actitud interior.
Ante situaciones de enfrentamientos y divisiones, que pueden hacer tambalear nuestra fe el evangelio de este domingo es una invitación y una exhortación a afrontarlas con esperanza y confianza.
“mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda ayudar. Se universaliza el concepto de prójimo, pero permaneciendo concreto.
"Afirmar que la vida no tiene sentido es como afirmar que hemos venido a la vida por puro azar, que la vida es un absurdo y una pura broma sin sentido".
Todo hombre bautizado tiene el deber continuar la misión de Jesús de anunciar la buena noticia: curar, liberar… y salvar. De esta manera damos sentido a nuestra vida y vivimos nuestro don de hijos amados por Dios.
"Descubrimos en Martín un humilde fraile mulato que transformaba cada minuto de su vida, cada acto de su día a día en un acto extraordinario de amor a Dios y al prójimo. Dios dio al humilde Martín el don de «hacer las cosas ordinarias de manera extraordinaria»
El espíritu poderoso de Dios está irrumpiendo en el mundo para unir a la nueva humanidad dividida en una nueva comunidad, donde no haya distinción de lengua, pueblo, raza…
El relato de la curación de Jesús al hombre endemoniado es un lenguaje que expresa con claridad este cambio, que manifiesta que una potencia renovadora habita ya en el mundo.
La oración, dentro del carisma dominicano ocupa un lugar fundamental. Se encuentra en el centro y corazón de la vida del dominico.
Tenemos tan de cerca al Resucitado que no reparamos en su presencia, en su sonrisa, en sus palabras. Pero Él siempre encuentra la manera de hacerse evidente a nuestros ojos. Hoy es un buen momento para mirar alrededor, y contemplar a Jesús Resucitado.
En este tiempo de preparación, de espera y esperanza en el Señor que viene, también podemos esperar con José y como José, en un segundo plano, pero igualmente necesario en la historia de la salvación.
"Cuando echo la mirada hacia atrás hoy, me doy cuenta de cómo Dios se ha servido de cosas simples y sencillas para actuar en mi vida".