La llamada vocacional
Convento de San Juan de Letrán, La Habana; Director del Prenoviciado del Vicariato Pedro de Córdoba
La primera etapa corresponde a un período de acompañamiento dirigido por el promotor vocacional previo a la fase formativa.
Dios tiene sus caminos –y su atractivo– al llamar a un joven para formar parte de la Orden de Predicadores. El proceso de discernimiento de un aspirante puede transcurrir por diferentes formas que solo Dios conoce. Él siempre tiene la iniciativa y llama a los que Él quiere para ocuparse de su pueblo santo. Incluso en familias no católicas, la semilla de la vocación es insertada, crece y florece.
La etapa inicial se hace con miras de acceder al Prenoviciado.
Amén de la promoción vocacional realizada tanto presencialmete como por las redes por los promotores de la Provincia de Hispania, que abarca el territorio de España, sus dos vicariatos (Pedro de Córdoba, que comprende la República Dominicana y Cuba; y Antón de Montesinos que incluye a Paraguay y Uruguay), y la casa en Guinea Ecuatorial, muchos aspirantes llegan a los frailes a través de la Familia Dominicana. Y, en especial, por la labor que hacen las monjas y las religiosas dominicas.
Relatando un poco mi experiencia como promotor vocacional en el Vicariato Pedro de Córdoba, los aspirantes que hasta el momento se acercan a nosotros vienen de diversos ámbitos: algunos están en el bachillerato, otros en el servicio militar y otros en medio de su carrera universitaria. Siempre recordaré las palabras del fr. Cirilo Santamaría, O.P., que en gloria esté, quien acertadamente me inculcó que, para el fomento de una vocación, el vocacionado ha de estar insertado en su comunidad parroquial donde hace su vida comunitaria. Sin duda alguna, es en la comunidad donde por lo general se posee la experiencia vocacional y ésta la fomenta e impulsa.
Por otra parte, no es menos cierto que, en algunas ocasiones, dentro de la comunidad pueden encontrarse obstáculos para el desarrollo propicio de la vocación. En algunos casos, puede manifestarse cierta incredulidad a propósito del vocacionado, o también puede suceder, que, como bien expresaba Jesús, nadie es profeta en su propia tierra (cf. Lc 4,24; Mt 13,57), o incluso la extrañeza que el mismo Jesús experimentó en medio de sus coterráneos (cf. Mc 3,21). Mencionados los diversos obstáculos a los que puede enfrentarse la persona llamada, quizá uno de los más difíciles sea la reacción de la propia familia. Incluso, en medio de familias cristianas, el que una persona tenga inquietud vocacional puede ser motivo de conflicto. Frente a estas dificultades, como otras que se le puedan presentar, el vocacionado tendrá que ser firme en su llamado y confiar que Dios, en quien todo lo puede, habrá de abrirse paso para que el Espíritu Santo pueda llevar a feliz término su cometido.
La etapa inicial
Dentro del proceso vocacional en la Orden de nuestra provincia, la primera etapa corresponde a un período de acompañamiento dirigido por el promotor vocacional previo a la fase formativa. Es importante saber que este acompañamiento siempre está en dependencia de la etapa de vida en que se encuentre el aspirante y que el proceso se hace con miras de acceder al Prenoviciado. En la Provincia de Hispania, el prenoviciado es la etapa formativa antes del Noviciado. El promotor toma en consideración el momento vital de cada aspirante, por lo que es posible que algunos sólo estén unos seis meses en espera, mientras que otros tengan que esperar más tiempo. Durante esta etapa, se les invita a participar de los encuentros vocacionales donde se abordan diversas temáticas, tales como la vocacional, afectiva, comunitaria, personal, carismática, espiritual etc.
Durante esta etapa, una parte de la labor de los promotores vocacionales consiste en mantener interacción con los candidatos que se han puesto en contacto. En el caso del Vicariato Pedro de Córdoba, la hacemos través de un grupo de WhatsApp, además de realizar encuentros online entre los aspirantes de Cuba y de República Dominicana. Como hay ocasiones en que los aspirantes no residen en el lugar donde radica su promotor correspondiente, se le sugiere que alguna persona con experiencia pueda acompañarle en su proceso de discernimiento, además de coordinar encuentros regulares de forma presencial con el promotor vocacional.
El acercamiento inicial es un período para que el aspirante conozca a la Orden de Predicadores
Es importante recordar que este acercamiento inicial es un período para que el aspirante conozca a la Orden de Predicadores un poco más de cerca, pero también para que los frailes conozcamos al aspirante. Una vez que éste ha madurado en su opción vocacional y decide continuar profundizando en ello en una etapa posterior, con el visto bueno del equipo coordinador se procede a preparar lo necesario para dar el paso a la etapa del Prenoviciado. En esta, se abre para él un cambio más radical en su vida, pues pasa a vivir en un convento donde será acompañado de forma más cercana por una comunidad de frailes en su proceso de discernimiento para convertirse en un fraile predicador de la Gracia. Si tienes alguna inquietud o te gustaría establecer contacto con algún promotor vocacional y te encuentras en alguno de los países que han sido mencionados en este artículo, ¡con gusto estamos a tú disposición para orientarte!