

El triunfo del bien sobre el mal no es el final de una película sino la promesa de vida que nos da Dios.
En San Alberto Magno se encarna y podemos descubrir perfectamente qué es eso del carisma dominicano, es decir, buscar la verdad a través del estudio y la contemplación para luego predicarlo.
Jesús nos invita a preguntarnos si el mensaje que anunciamos está orientado a compartir realmente las necesidades, preocupaciones e interrogantes del hombre de hoy
San Martín de Porres, nos invita a dejarnos traspasar por la realidad con la que nos encontramos compartiendo las alegrías y las tristezas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
En octubre de 1949, con mi Profesión en la Orden, se hicieron realidad mis aspiraciones y sueños de la infancia: YA ERA DOMINICO.
La palabra de Jesús es palabra de salvación y sanación. Es la fuerza liberadora de la fe la que nos trae la salvación y sanación. Es en el hombre Jesús en donde se encuentra a Dios
Y Humberto de Romans encendió su antorcha. Para que no se olvidara nada de lo vivido al comienzo encargó recoger y poner por escrito los testimonios de los primeros dominicos sobre el origen de la Orden y mandó recopilar todo lo que se recordara sobre la vida
Me gusta ser fraile dominico porque es una realidad abierta, no es un límite; y la vida es abierta o no es vida.
El fin de la vida es que seamos constructores de una humanidad en la que predomine un nosotros muy amplio, con vistas a un camino común hacia el sentido y la felicidad.
“Luis Bertrán, admirado dominico, fue un icono de vida religiosa dominicana por su ejemplaridad. Desempeñó una gran labor con los jóvenes, creando en torno a su magisterio una importante escuela de espiritualidad”.