ASCENSIÓN: ¿DISTANCIAMIENTO SOCIAL DE JESÚS?

El COVID-19 nos ha impuesto un distanciamiento social, un mínimo de 2 metros de distancia entre una persona y otra. En los días de confinamiento hemos pasado a estar a kilómetros de nuestros seres queridos: ¿en verdad la distancia nos puede separar de las personas a las que amamos?

Hoy Jesús asciende al cielo, pone «distancia» con sus amados, pero es una distancia necesaria: «Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré» (Jn 16,7). Jesucristo nos ha demostrado que por amor se asumen grandes consecuencias: desprecio, abandono, negación, traición, injusticia…; ha llegado hasta el extremo, la muerte en una cruz (cf. Jn 15,13). Su distanciamiento es una prueba más de su amor: no deja solo a sus amados; va a su Padre para convertirse en el protector, guía e intercesor del género humano, y envía su Espíritu de amor para hacerse presente hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20).

Por tanto, Ascensión no es ausencia, porque la distancia se vence con el amor. Esta es nuestra misión: «ir por todo el mundo» predicando a todos el amor auténtico, hacer presente a Jesús con nuestros labios y con nuestra vida, asumiendo las consecuencias de amar y, aun así, proteger, guiar e interceder por aquellos que amamos. Si hacemos esto, aun con el distanciamiento social, todo estará bien.