Tesoros Celestiales y Visión Espiritual

Tesoros Celestiales y Visión Espiritual

Fr. Cecilio Arturo Molina Ramos
Fr. Cecilio Arturo Molina Ramos
Casa de Santa Rosa de Lima, Santiago de los Caballeros, República Dominicana
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¿Estamos acumulando tesoros que son vulnerables y temporales, o estamos cultivando valores y virtudes eternas que nos acercan a Dios?

El pasaje del evangelio según San Mateo 6, 19-23 contiene una enseñanza profunda de Jesús a sus discípulos, enfocada en la verdadera naturaleza de los tesoros y la claridad espiritual. A continuación, argumentaré sobre los dos principales mensajes de este pasaje, los cuales nos pueden ayudar en nuestro caminar como cristianos:

Tesoro en la Tierra vs. Tesoro en el Cielo

Jesús comienza exhortando a no acumular tesoros en la tierra, donde están sujetos a la corrupción y al robo. La metáfora de la polilla y la carcoma ilustra cómo las riquezas materiales son vulnerables y efímeras. Los ladrones también representan la constante amenaza de pérdida de estos bienes.

En contraste, Jesús insta a sus seguidores a acumular tesoros en el cielo, donde están a salvo de la decadencia y el robo. Este tesoro celestial simboliza los valores espirituales y las virtudes eternas como la fe, la esperanza y la caridad, que no pueden ser destruidos por agentes físicos ni robados por nadie.

Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.

El contraste entre estos dos tipos de tesoros subraya la diferencia entre lo temporal y lo eterno. Mientras los tesoros terrenales pueden proporcionar una felicidad pasajera y una falsa seguridad, los tesoros celestiales ofrecen una paz y una satisfacción duraderas. Jesús concluye esta parte con la afirmación de que donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón, señalando que nuestros afectos y prioridades reflejan aquello que valoramos más.

La Lámpara del Cuerpo: El Ojo

La segunda parte del pasaje usa la imagen del ojo como la lámpara del cuerpo. Aquí, el ojo representa la perspectiva y la percepción espiritual. Si el ojo está sano (limpio y enfocado correctamente), todo el cuerpo estará lleno de luz. Esto implica que una visión clara y una percepción correcta de la realidad espiritual iluminan toda nuestra vida, guiándonos en la verdad y la justicia.

Por otro lado, si el ojo está enfermo (corrupto o distorsionado), todo el cuerpo estará en oscuridad. Esto sugiere que una perspectiva equivocada o una percepción distorsionada de la realidad espiritual lleva a la confusión, el error y la inmoralidad.

Jesús enfatiza que la calidad de nuestra visión espiritual afecta toda nuestra existencia. Si la luz que hay en nosotros está oscura, la oscuridad será grande, indicando que una corrupción interna profunda resulta en una pérdida significativa de la verdad y la virtud.

Reflexión y Aplicación

Como frailes predicadores, este pasaje nos invita a la reflexión sobre nuestras prioridades y la calidad de nuestra vida espiritual. Nos desafía a evaluar dónde estamos invirtiendo nuestro tiempo, energía y recursos. ¿Estamos acumulando tesoros que son vulnerables y temporales, o estamos cultivando valores y virtudes eternas que nos acercan a Dios?

Asimismo, nos insta a cuidar nuestra percepción espiritual, asegurándonos de que estamos viendo el mundo y nuestras vidas a través de la luz de la verdad y la justicia divina. Una perspectiva espiritual clara nos lleva a una vida llena de luz, mientras que una visión distorsionada nos sumerge en la oscuridad.

Este pasaje del capítulo 6 de Mateo es una llamada a elevar nuestra mirada de las preocupaciones terrenales a las realidades celestiales, y a mantener una visión espiritual sana que ilumine y guíe nuestra vida en el camino de la verdad y la justicia.