Entrevista a Fr. Bruno Cadoré, Maestro de la Orden

Fr. Miguel Ángel Gullón Pérez
Fr. Miguel Ángel Gullón Pérez
Comunidad de San Vicente Ferrer, El Seybo, Rep. Dominicana

De la mano de Fr. Gullón, el Maestro buceó en su vida personal y familiar, compartió cómo nació su vocación , sus vivencias en Haití - cruciales para su vida- su experiencia de Dios, profundizó sobre el rol de la Orden en la humanidad, al tiempo que reveló que sueña con que “cada fraile en la Orden sea feliz, feliz de ser un amigo de Domingo, un ministro del diálogo de Dios con la humanidad y un amigo del pueblo”.

-Fray Miguel Á. Gullón: Saludos a todos los amigos y amigas que nos escuchan a través de Radio Seybo. Tenemos la suerte de estar en el Capítulo General de Roma donde hace unos días los dominicos y las dominicas de todo el mundo hemos elegido a Fray Bruno Cadoré como nuevo Maestro de la Orden. Fray Bruno Cadoré es un dominico de la provincia de Francia que esta aquí con nosotros y va a compartir unos momentos para toda nuestra audiencia de Radio Seybo y también de las emisoras hermanas. Fray Bruno, ¿cómo estás, cómo te sientes?

-Fray Bruno Cadoré: Es difícil decirlo, me siento muy emocionado, por la confianza de los frailes y por la tarea también, porque será una tarea grande, inmensa, pero voy a apoyarme en los frailes y en todas las hermanas y los hermanos de la Orden que van a trabajar junto conmigo, eso espero y creo.

-Fray Miguel Á. Gullón: Cuéntanos Fray Bruno un poco de ti, dónde naciste, de tu familia, cómo nació tu vocación de dominico…

-Fray Bruno Cadoré: Soy de Francia, de la Provincia de Francia, y tengo 56 años. Pertenezco a una familia pequeña, del centro de Francia. Tengo una hermana, un hermano y a mi madre, pues mi padre murió. He recibido la fe de mi familia. No puedo decir que es una familia muy implicada en la iglesia, pero es una familia de fe y es muy importante recibir la fe de tu familia. Antes de entrar a la Orden estudié medicina hasta los 23 años y a los 25 años entré a la Orden en Estrasburgo, que es una ciudad del Este de Francia, donde trabajé como médico para los niños y encontré una comunidad de frailes muy libre, muy feliz, muy fraterna y con una oración preciosa. Todo esto me condujo a interesarme en la Orden y después elegí la vocación religiosa porque como médico me pregunté cuál es la verdad de la vida, de dónde viene esta vida y creo que en este tiempo en la Orden se busca la verdad de la vida, de dónde, de quién…

-Fray Miguel Á. Gullón: Fray Bruno, ¿en qué Dios crees?, ¿cuál es tu experiencia de Dios?

-Fray Bruno Cadoré: Creo en un Dios que viene a la humanidad, ese es el primer asunto para mí, un Dios que viene a vivir con nosotros, que viene a compartir la misma vida que nosotros y que se compromete con nuestra vida, con los que no son escuchados en el mundo. No olvida a los otros, pero su prioridad es quedarse junto con los que no son escuchados, con los que no cuentan y creo que con ellos Dios llama a toda la humanidad a construir una alianza para todos, no solamente para los que son creyentes, los que están en la Iglesia, para todos, y para hacerlo anima la vida de la humanidad con su vida y con su espíritu y este espíritu es capaz de cambiar los caminos, que son nuestros caminos. Creo en un Dios que camina con nosotros y al mismo tiempo que cambia nuestros caminos para que la prioridad sea construir una humanidad fraternal para todos.

VIVIR COMO JESÚS, EN LA HUMANIDAD

-Fray Miguel Á. Gullón: ¿Qué responsabilidades has tenido dentro de la Orden cuando profesaste como dominico, en cuáles te has sentido más feliz, en qué misión te has sentido que de verdad el carisma de Santo Domingo lo ha llevado a la realidad, dónde has experimentado ese gozo de entregarte, de encontrar la fe en los hermanos, de vivir esa experiencia de Dios que nos cuentas?

-Fray Bruno Cadoré: La primera experiencia fue en Haití. Después de mi noviciado fui dos años a vivir con el pueblo en el centro de este país. Fui a compartir con ellos la vida y fue una vida muy pobre, la vida del pueblo, no la mía, porque no es fácil para un fraile ser pobre con los pobres, no estamos capacitados, tal vez…Y en este tiempo en Haití los frailes estaban comprometidos con la construcción de comunidades pequeñas para que la iglesia fuera muy gigante, muy unida y descubrí esta vida de la Iglesia. Para mí fue una experiencia fundamental, puedo decir crucial, en todo el sentido de crucial. Después de esta experiencia, al terminar mis estudios, quise volver a Haití, pero no lo hice porque mi Provincial me llamó a ser maestro de estudiantes durante siete años. En Francia continué los estudios como teólogo en Teología Moral y, como antes fui médico y mi especialización es la bioética, trabajé en el Centro de Bioética en la Universidad Católica de Lyon en el Norte de Francia. Primero participé como miembro y después como director de un equipo de investigación en Bioética, con un método muy preciso, puesto que la búsqueda en Bioética debe ser del diálogo con los científicos, los médicos, los genéticos y los que curan la gente. Eso lo realicé durante 17 años. Luego fui síndico de mi comunidad durante 6 años y después Provincial de mi provincia durante 8 años.

-Fray Miguel Á. Gullón: Santo Domingo llevaba consigo el evangelio de Mateo y las cartas de Juan Casiano. Fray Bruno, ¿qué necesitas llevar ahora en este camino que comienzas, qué fuerza necesitas para iniciar esta andadura en esta nueva responsabilidad que los dominicos te hemos dado?

-Fray Bruno Cadoré: Santo Domingo quiso estar con la gente, escuchándola y atento a sus esperanzas, lo que es muy importante porque de esa forma quiso tratar de vivir como Jesús en la humanidad. Para mí es el ejemplo más importante, porque sabemos que en el camino, cada uno de nosotros es un pecador, y es bueno tenerlo presente, porque Jesús viene con nosotros y los pecadores. La oración es necesaria para escuchar la Palabra de Dios, no es una búsqueda abstracta de Dios, sino un diálogo con Él, Él quiere dialogar con nosotros. Y la verdad (que es el centro de nuestra búsqueda), no es un libro, no es discurso, la verdad es que Dios quiere entrar en diálogo con la humanidad y nosotros somos como un ministerio de este diálogo de Dios con la humanidad. Creo que la Orden es un ministerio del diálogo de Dios con la humanidad.

-Fray Miguel Á. Gullón: Soñaste cuando eras joven con Haití y pudiste trabajar allí durante dos años, como médico también trabajaste en el comité de Bioética, ahora también en el comité de SIDA en Francia, en la formación con los estudiantes y ahora, Fray Bruno, ¿qué sueños son los que te quitan el sueño, qué te hace permanecer despierto con ilusión y con esperanza para esta etapa nueva de la Orden de los Dominicos?

-Fray Bruno Cadoré: Mi primer sueño es que cada fraile en la Orden sea feliz, feliz de ser un amigo de Domingo, un ministro del diálogo de Dios con la humanidad y un amigo del pueblo. Mi primer sueño es que cada una de nuestras comunidades sea un signo para el pueblo de la fe, la alegría, la libertad, la verdad de la Palabra de Dios, de un Dios que viene con nosotros y que quiere dialogar con nosotros.

UNIDAD DESDE LA DIVERSIDAD

-Fray Miguel Á. Gullón: Ya nos quedan pocos días para terminar este Capítulo General de los Dominicos, ¿qué es lo que te llevas de aquí, qué es lo que más has disfrutado, compartido con los frailes, qué has vivido de nuevo, qué te ha hecho creer más en Dios, creer más en el carisma de Domingo, creer más en los hermanos, qué supone para ti este Capítulo de nuevo en tu mente y en tu corazón?

-Fray Bruno Cadoré: La realidad de una unidad desde la diversidad, la diversidad de las culturas, la diversidad de las posiciones de las iglesias en el mundo, con el pueblo. Todas estas diversidades en este Capítulo se manifiestan como una suerte para la unidad y creo que el mundo necesita esto.

-Fray Miguel Á. Gullón: Fray Bruno, te están escuchando en República Dominicana, en El Seybo, en muchos lugares de la isla donde hace 500 años los dominicos, la primera comunidad dominica defendió a las personas, a los taínos que tenían dignidad humana, porque estaban siendo conculcados sus derechos humanos más fundamentales. 500 años después de ese grito de la primera comunidad de Montesinos, 800 años después de la fundación de la Orden por Santo Domingo, ¿crees que todavía los dominicos podemos decir que nuestro mundo necesita de esa voz profética de una comunidad que diga que los hombres estamos creados a imagen y semejanza de Él, necesitamos como dices esa palabra de verdad, esa luz, esa estrella que nos guíe y que nos ilumine para que haya más fraternidad en nuestro mundo?.

-Fray Bruno Cadoré: Sí, diría que se trata de una palabra de verdad que sea capaz de decir lo que no está bien en el mundo, y de verdad hay muchas cosas que no están bien en este mundo porque hay demasiada gente que no cuenta para la humanidad. No es bueno que la dignidad no sea respetada.

 

Fuente: CIDALC:  http://cidalc.op.org/cidalc/