Vivir Intensamente II

Fr. Julio César Carpio Gallego
Fr. Julio César Carpio Gallego
Convento de San Esteban, Salamanca

Tras mi anterios artículo -que pueden leer aquí- , de nuevo sigo contando mi experiencia en Republica Dominicana durante este pasado verano recordando la alegría de la gente que quiere y siente la necesidad de compartir una vida. Pero también he vivido otros momentos tristes y con cierto dolor.

Durante este verano se ha desatado una epidemia del dengue, enfermedad transmitida por un mosquito que procede de Asia. El clima del Caribe, facilita su propagación y mucha gente ha sido infectada y en casos graves puede producir la muerte, como varios niños en el norte de la Isla. Son situaciones que se viven con sufrimiento al comprobar que no todo el mundo tiene un fácil acceso a la sanidad, ni a medicamentos. Esto da una idea sobre las condiciones de vida, por las que se tienen que enfrentar muchos habitantes de este país.

Los dominicos han visto la necesidad de involucrarse en estas carencias de medicamentos, y se han establecido unos dispensarios; uno en la capital Santo Domingo y otro en El Seybo. Es curioso que este último lleva el nombre de un fraile muy querido en estas tierras: fr. Luís Oregui, murió hace años, pero queda este sencillo homenaje. En los dispensarios se suministran medicinas a bajo coste, incluso se pueden adquirir unidades sueltas, atendiendo a las dificultades de la gente pobre. Es una forma de hacer accesible lo necesario para paliar y curar enfermedades..

Me ha llamado la atención la gran simpatía que tienen los Dominicanos y Dominicanas a la ilustre figura de Santo Domingo de Guzmán. Tanto es así que el nombre de la capital está dedicado al Santo Español, y donde están inmensamente agradecidos a la Orden de Predicadores por la labor desarrollada en el país. Recordemos que los dominicos fueron los primeros frailes llegados a la Isla con el fin de ofrecer la palabra del Evangelio de Jesucristo. Pero además los primeros frailes se sensibilizaron ante la situación de sometimiento que llevaban a cabo los conquistadores poderosos, sobre los habitantes nativos.
Es famoso el sermón puesto en boca de fr. Antonio de Montesinos, defendido por toda la comunidad de religiosos dominicos, en defensa de los derechos de todas las personas, sin ninguna distinción. Todavía en la actualidad se recuerdan estos hechos, que son de vital importancia, y hace unos años se erigió una gigantesca estatua en la capital, que recuerda dicha predicación.

La humana actividad en Radio Seybo, lleva un objetivo común, servir de plataforma ante cualquier acontecimiento que gira alrededor de la vida de sus habitantes. Durante mi estancia se elaboró un programa para participar en un concurso, que tiene como misión la preocupación de la situación que se vive en la población. Dicho programa lo realizaron chicos y chicas que realizan un programa llamado: “Los Niños también cantan”, y promocionado por los frailes y personal de la radio. El espacio versaba sobre la situación de los niños en el Seybo, y la educación tanto a un nivel escolar, como en el plano familiar. También incidía en la falta de apoyo de los políticos anta la realidad de niños sin educación, así como la vulneración de los derechos fundamentales, fuera del ámbito escolar. Según ultimas informaciones el programa ha sido premiado por UNICEF, por la buena labor realizada. Vaya mi enhorabuena y mi ánimo para continuar por el mismo camino.