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Artículos de Fr. Dailos José Melo González

La Cuaresma es un tiempo privilegiado para la reconciliación con Dios y con los hermanos: de cambiar, de romper nuestras perezas, de salir de nosotros mismos, de renovarnos, de volver a lo que nos hace realmente felices
Este domingo Jesús quiere recordarnos en el evangelio que debemos orar siempre sin desanimarnos. ¿Cómo Dios, que es nuestro creador, que es un padre compasivo, que nos ha dado la vida, no va a escucharnos y atender nuestras súplicas?
Si tenemos fe en Dios, lo que pidamos, si es para nuestro bien, se nos concederá. El ciego no recobra solo la vista, sino que se convierte en un verdadero seguidor de Jesús, pues como nos dice el evangelio: “lo siguió por el camino”.