

El dominico cuando estudia debe trasmutar sus ojos no con extrañas luces, sino con misericordia radicalmente humana.
Jesús quiere prevenirnos contra dos tendencias: la ley esclavizante del hombre y la libertad sin rumbo vital.
La celebración de la liturgia es el centro y el corazón de toda nuestra vida, cuya unidad radica principalmente en ella. (LCO, 57).
V domingo del T. O.: Iluminar no es lo mismo que brillar. El cristiano luce, pero no se luce.
La luz a la que hace referencia el anciano Simeón somos nosotros, el pueblo santo de Dios: eres tú y soy yo.
La bienaventuranza según santo Tomás, es decir la felicidad. El hombre desea y anhela ser feliz, porque Dios ha inscrito en él mismo, dicho deseo.
No podemos dar o predicar lo que no tenemos, debemos centrar nuestra mirada en aquel que nos miró primero
Si queréis tener una buena experiencia, sed misioneros en algún momento de vuestra vida
El reconocer a Jesús como Mesías parte de su autorreconocimiento como ser humano, de su encarnación.
Nosotros mismos y nuestro entorno más cercano es el primer sujeto que requiere nuestra dedicación por la paz