

"Curar los ojos de aquellos que ya no ven el sentido en la vida; las piernas de los que ya no pueden caminar; recobrar la vida y el ánimo de los que se desesperan; y tantas otras acciones, o más bien milagros, que tenemos que realizar y que fueron los mismos q
Actualmente me encuentro en Sevilla, España, finalizando mi experiencia de noviciado. Ha sido un tiempo precioso, sobre todo para profundizar en mi búsqueda y la búsqueda de Dios, e intentar, con todas mis limitaciones y potencialidades, comenzar a vivir cada
Puede que los horarios a veces no favorezcan, pero no hay que dejar a un lado el espacio para compartir la vida, la felicidad o preocupaciones del día, los retos y los logros.
En cualquier campo y actividad humana, mientras sirvamos al bien, la verdad, el amor y la justicia, guiados por el Espíritu de Dios, conscientes de ser hijos de Dios, hermanos de Jesús, estamos viviendo trinitariamente.
Cuando uno se encuentra con un apellido igual al suyo, lo primero que haría es ponerse en contacto con esa persona con el fin de unir los lazos para formar una familia, si es que lo son.
Las librerías llenan sus estanterías con libros que nos prometen encontrar la clave de la felicidad y del éxito. Pentecostés desecha esas opciones y nos propone un nuevo camino. Nada de salidas fáciles o espiritualidades vividas con la puerta cerrada.
«Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento» (Col 4,2). Como ves, la cercanía a Dios está en tus manos. Y, bueno, aprovechando la ocasión, gracias de nuevo a ti, por tenernos a los demás en tus oraciones.
Jesús en este tiempo, pedagógicamente les exhorta a aguardar a que se cumpla la promesa del Padre: en dicha promesa, los discípulos recibirán el Espíritu Santo y se convertirán en testigos de la resurrección.
Esta convivencia me anima a seguir dando pasos más firmes por este camino, con la compañía de aquel que me llamó —lo sigue haciendo— y al cual respondo libremente. Espero de esta manera afianzar mi opción por la vida consagrada.
Al amar a Jesús, integramos su palabra y cumplimos su voluntad. Esta proposición supera los límites de las instituciones eclesiales o de las teologías de cualquier índole.