

Fray Juan estrenó vida religiosa pasando jovialmente un año de prueba en que reflexionó sobre el testamento o herencia que dejó santo Domingo a sus hijos: vivir en caridad, amar la humildad, abrazar la pobreza y estudiar para servir a la misión apostólica.
Es la bondad que surge del amor, la actitud positiva por excelencia.
El corazón mismo del Rosario son los misterios de la vida de Jesús,donde nos regocijamos al contemplar la Buena Noticia.
Misionero nacido en Extremadura, fraile dominico, modesto y sencillo evangelizador en América, nació en 1.585 y muerió en 1.645. Quizás poco conocido para nosotros, dispuso su vida sencillamente, humilde, acorde al sentido de la transmisión de la fe cristiana.
Dios ama sin límites a todo hombre y a toda la creación, a pesar de las deficiencias de sus criaturas, a pesar de todas las cruces que nos encontramos y ponemos. El amor de Dios es fiel aunque el mundo le responda con la cruz.
María nos enseña como nadie a seguir a Jesús, anunciando al Dios de la compasión, trabajando por un mundo más fraterno y confiando en el Padre de los pequeños.
La vida de Santo Domingo es el ideal mismo de vida de los dominicos, el ideal que la Orden de Predicadores y cada dominico quiere construir en su vida, un ideal de plenitud de vida que ilumina desde hace ochocientos años uno de los proyectos de vida cristiana
María Magdalena es para todo creyente un ejemplo del poder transformador que puede actuar en las personas cuando se acoge a Jesús, cuando se intenta vivir siguiéndole, un ejemplo de conversión, de liberación, de vocación.
Santiago de la Vorágine, fraile dominico del siglo XIII (1230-1298) que llegó a ser Obispo de Génova, ha pasado a la historia por ser el autor de la Leyenda Dorada, la más célebre recopilación de biografías de santos y la más influyente en el arte europeo de t
Pedro y Pablo, ambos figuras paradigmáticas de los creyentes en Cristo, constituyen los pilares sobre los cuales el mensaje de Jesús ha llegado a todos los pueblos. Uno desde su condición de pastor y guía del rebaño de Dios; y el otro desde el fervor de la pre