Sección: Antes que nosotros
Santo Tomás, su figura y su obra, es brújula segura en nuestra vocación, en eso de utilizar la herramienta primordial que poseemos los frailes dominicos y así poder ser útiles a los demás: el estudio.
En San Alberto Magno se encarna y podemos descubrir perfectamente qué es eso del carisma dominicano, es decir, buscar la verdad a través del estudio y la contemplación para luego predicarlo.
Y Humberto de Romans encendió su antorcha. Para que no se olvidara nada de lo vivido al comienzo encargó recoger y poner por escrito los testimonios de los primeros dominicos sobre el origen de la Orden y mandó recopilar todo lo que se recordara sobre la vida
“Luis Bertrán, admirado dominico, fue un icono de vida religiosa dominicana por su ejemplaridad. Desempeñó una gran labor con los jóvenes, creando en torno a su magisterio una importante escuela de espiritualidad”.
Desde pequeño San Juan Macías escuchaba una ‘voz’ que le decía: "El Señor te tiene escogido para Sí. Tengo el encargo de llevarte a unas tierras desconocidas y lejanas".
Valiéndose de la regla evangélica del diálogo y, como el santo Maestro Domingo, se convirtió en pregonero y testigo preclaro del Evangelio.
San Pío V continua siendo para todos un modelo de fraile dominico porque continua siendo un modelo de cristiano fiel y entregado a la causa de la construcción del Reino de Dios.
San Martín de Porres, nos invita a dejarnos traspasar por la realidad con la que nos encontramos compartiendo las alegrías y las tristezas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Su testimonio de vida nos impulsa a vivir con autenticidad y con verdadera pasión nuestra vocación como dominicos.
La entrega a la predicación, dirigidos a sacerdotes y religiosas, misiones populares, cuaresmas, novenarios, fueron los principales modos de evangelización que desarrolló hasta el fin de la vida.