Sección: Frailes de hoy en día
Viajar ayuda a salir de uno mismo y compartir el tiempo con otros iguales. Ayuda a trascender fronteras no solo físicas sino mentales, valorar más lo que es de la propia cultura y al mismo tiempo saber que no es la única ni la mejor que existe en el mundo.
Muchas cosas han cambiado dentro de mí: definitivamente no soy el mismo hombre que ingresó en la Orden. Todo esto se lo debo a Dios, a mi familia, que siempre me apoyó en mis decisiones, y a mi nueva familia dominicana.
El descanso nos permite el encuentro con nosotros mismos: quizás esta es la clave espiritual de quienes aprovechan en profundidad su tiempo de descanso.
La oración cristiana nos revela que la soledad es un estado subjetivo de la persona. El trato personal con Dios nos encamina hacia la esperanza, es decir, al motor que nos descubre el rostro y nos permite volver a sentir la brisa y nos motiva a seguir.
La realidad es que nuestra esperanza no es algo sino alguien, tiene un “Nombre que está sobre todo nombre” (Flp 2,9): Jesús de Nazaret.
Me atrajo de la Orden su misión, su labor y trabajo en la sociedad, y hoy permanezco por su vida y espiritualidad, por los hermanos, que son testigos de la vida y pasión del Resucitado, al estilo de Domingo.
Y si se cancelaron bodas, primeras comuniones, confirmaciones, encuentros deportivos, fiestas, las Fallas y los vuelos comerciales, también era de esperar que se tuvieran que cancelar las profesiones de votos solemnes.
Desde mi ordenación diaconal han sido frecuentes las preguntas acerca de mi ministerio. Algunas eran sobre lo que dicho ministerio me capacitaba para hacer. La pregunta común en esta línea era: «Bueno, ¿y ahora qué puedes hacer?».
En nuestro país, República Dominicana, también el gobierno ha implementado una campaña de «ayuda», de la cual reconocemos lo positivo siempre que ha sido a favor del bienestar de los ciudadanos. Pero a su vez percibimos lo inoperante de estas ayudas puntuales.
Mi nombre es Guido José Torre Gannown, tengo treinta años y soy de san Pedro Sula (Honduras). Actualmente me encuentro viviendo mi año de noviciado en el convento de Santo Tomás de Aquino en Sevilla (España).