Blog

Blog


Ante cualquier situación de vida, Jesús nos enseña a mirar con ojos de amor. Pero no cualquier amor, sino el amor del Evangelio, aquel que es capaz de morir crucificado y sobreponerse a la derrota del sepulcro.
Jesús no hablaba de sí mismo, no hacía discursos de autodefensa. El centro de su vida y su misión eran su especial relación con el Padre y el anuncio del Reino de Dios. Jesús conoce nuestras vidas incluso mejor que nosotros mismos, y nos acepta y ama.
"Es una misión de cada uno de nosotros ser portadores de esa paz verdadera, llevar el mensaje de unidad entre todos. «Todos somos árboles de amor, y sin ser regados por el amor, no podemos vivir, porque Dios nos ha creado por amor» (santa Catalina)".
Como una guitarra que se afina y se templa para que el intérprete ejecute una buena pieza, así siento que la vida de comunidad (...) han ido afinando y templando mi corazón en una entrega a Jesús y su Reino, al modo de Domingo.
"Este día manifiesta de forma especialmente clara los dos polos del misterio pascual, síntesis de contrarios que el creyente experimenta habitualmente en su vida: tenemos aceptación, pero también rechazo; hay luces… y sombras; vida… y muerte".

Posteriores Anteriores