

Así como las neuronas habitan en un órgano del cuerpo, en el cerebro, los frailes habitamos en un convento. El convento es nuestra casa y en casa siempre nos sentimos cómodos.
"Lo sorprendente no va a ser el juicio, ni la separación. Lo sorprendente es lo que se va a exigir en ese juicio, que no es otra cosa que la máxima de la caridad, es decir, cómo nos hemos comportado con los demás, nosotros que pertenecemos al rebaño de Cristo"
“la suprema felicidad humana solo consiste en la contemplación de Dios” Santo Tomás
Todo cuanto recibimos no termina en nosotros mismos sino que tiene como finalidad el servicio a los demás para la construcción del Reino de Dios.
La oración, dentro del carisma dominicano ocupa un lugar fundamental. Se encuentra en el centro y corazón de la vida del dominico.
Educar en clave dominicana es apostar por educarnos juntos, en comunidad.
Santo Domingo sale al camino con el fin de predicar desde la verdad que es posible un mundo de amor y justicia, de paz y felicidad
Santo Domingo durante este tiempo vivía en los libros, aprendía de ellos todo lo que le parecía digno de ser aprendido; pero sobre todo, los amaba.
Santo Domingo ora de esta forma porque sabe que de Dios no se puede hablar con propiedad, pero también sabe que necesitamos hablar de Él con más necesidad que de ningún otro asunto.
Domingo abre sus brazos como Cristo en la cruz, porque fue desde allí donde le prometió el paraíso al buen ladrón