Artículos de Fr. Salvador Nguema Nguema Nchama
"La Transfiguración del Señor en el monte Tabor, más allá de ser una manifestación momentánea de la gloria de su divinidad, quiso ser como un anticipo de su propia Resurrecció".
El sacerdocio es un estilo de vida al que ciertas personas se sienten llamadas y al que dedican toda su vida. Por lo tanto, se trata de una vocación: una llamada radical al seguimiento de Cristo de manera específica, en favor de la salvación de los hombres.
"Ciertamente la vocación auténtica es una llamada de Dios que resuena en la propia entraña, a veces fuerte, a veces, como un murmullo, otras como un dolor, pero siempre a través de coyunturas humanas..."
El fruto de la Pasión es como fuente de la pasión, donde se mira cada momento de la pasión es como un pozo que conecta la fuente de la vida.
El cristiano tiene que ser siempre vigilante, alerta, despierto y velador, es decir, mantener viva la esperanza y la fe en Jesús.
Somos hijos de Dios en cuanto nos parecemos a él en su Espíritu, cuando actuamos con los mismos sentimientos de él
La oración sirve para vivir con sentido, con gozo, con esperanza
No podemos decir que amamos a Jesús, a Dios, ni podemos confesar nuestra fe en Él, sin guardar su mensaje y fiarse totalmente de Él. Jesús sigue presente en sus palabras y en ellas late su presencia.
Los milagros son signos del reinado de Dios, son signos de que Dios está hablando y actuando en medio de su pueblo con la presencia, palabra y actuación de Jesús; es acontecer de Dios en el actuar de Jesús.
Jesús, en su respuesta, quiere dejarnos bien claro qué es lo más importante en su proyecto evangelizador, lo más importante para ser seguidor suyo.
Lo importante es saber reconocer a Jesús y seguirle
La castidad es la virtud que regula el uso adecuado y responsable de la sexualidad y de la afectividad.
La oración es el centro y el corazón de la misión evangelizadora de Jesús
No podemos decir sí a Dios divorciados del prójimo, sin escuchar el llanto de los que lo pasan mal, de los que Dios mismo ama
En Santa Rosa, la contemplación de Dios y de la realidad van unidas y condicionan toda su vida
Jesús, para identificarse como Mesías, no necesita mucha palabrería, bastan sus obras
Los discípulos nos enseñan a todos los creyentes, hombres y mujeres, a escuchar ante todo y por encima de todo la voz de Dios. Obedecer a Dios ante todos los poderes del mundo, ante todas las dificultades; hay que confiar en Dios