Artículos de Fr. Alexis Coffi González
Por ello, acoger la luz que nos regala el Señor, es abrirnos a la posibilidad de ver con transparencia el corazón humano y actuar con misericordia.
Todo cuanto recibimos no termina en nosotros mismos sino que tiene como finalidad el servicio a los demás para la construcción del Reino de Dios.
Los cristianos debemos fijar el sabor de la justicia y el bien común en la desabrida sociedad de la indiferencia.
Los pobres dejaran de ser una cifra de las estadísticas del hambre cuando les pongamos nombre y rostro a los que están echados a nuestras puertas.
Las heridas de Jesús están sanadas por el amor del Padre que lo resucitó.
Junto a la pila bautismal de Santo Domingo se inició el Jubileo 800 como nacimiento y renovación de la predicación del Dios de la misericordia.
Nadie que actúe haciendo el bien puede sernos un desconocido ni un peligro
Jesús revela a un Dios que no mira al mundo para condenar sino que libera y plenifica al ser humano.
Imitar a Jesús al estilo de Santo Domingo que predicó al Dios de la compasión (comentario para las lecturas del XXV Domingo del Tiempo Ordinario)
El encuentro del ciego con el Maestro, transformó su vida y le convierte en un testigo de su Luz, que no duda en predicar.
María ofrece al Señor todo lo que tiene, todo lo que puede hacer, y todo lo que es; es decir, se da a Él sin reserva.
Con el mismo amor con que Yo os he amado, no es una recomendación sino la respuesta a la búsqueda constante del ser humano
Ser cristianos por el bautismo significa purificarnos en la conversión, experiencia amorosa de Dios, relación de intimidad con el Espíritu en oración e impulso de predicación.
El triunfo del bien sobre el mal no es el final de una película sino la promesa de vida que nos da Dios.
Solemnidad de Nuestro Padre Santo Domingo de Guzmán, Fundador de la Orden de Predicadores, 8 de Agosto