Sección: Identidad de predicadores
María abrió su manto bajo el que estaban reunidos sus hijos e hijas
La belleza de nuestra vida es la alegría de configurarnos con Cristo y de vivir el Evangelio traducido en clave dominicana.
La oración es el palpitar de un corazón inteligente que llega a convertirse en corazón compasivo
"¡Merece la pena gastarse y desgastarse por los demás!". Comenzamos una serie de artículos que dedicaremos a los pilares del carisma dominicano (comunidad, estudio, oración, predicación). Empezamos con unas reflexiones sobre la Comunidad.
En familia y como hiciera Santo Domingo, nos toca predicar que es posible otro mundo
Educar en clave dominicana es apostar por educarnos juntos, en comunidad.
María nos ayuda al trato íntimo con Jesús, despliega ante nosotros la vida y el Misterio
Recordar su vida, su apasionada vida de oración, de estudio, de comunidad fraterna, de predicación… porque todo ello nos llevará a Cristo Jesús y a nuestro Padre Dios
El valor del rezo del Rosario consiste en meditar y fijar nuestra concentración en el misterio de la redención.
Santo Domingo comprendió que el Evangelio nos dice que para ser felices no hay que evitar la realidad que nos rodea, sino partir de ella; no obviarla, sino hacerla presente.