Sección: Identidad de predicadores
La Palabra de Dios es lo que hace permanecer a los frailes en nuestra vocación.
Cuando desgranamos las cuentas del rosario, hacemos en el plano material, lo que el espíritu hace en el plano espiritual. Vamos pasando y repasando las maravillas de la vida del Redentor, para repetir, o al menos intentar, aquel nivel de entrega de su Madre.
La predicación de hoy supone un cambio de mentalidad en torno a lo que entendemos por comunicación
Tendríamos que ser los primeros en dejarnos afectar por esa verdad que predicamos, ser campo de experimentación del Reino en nuestras personas y comunidades, para poder hablar de lo que vivimos y convertir nuestra vida en un testimonio referencial útil de lo q
Carmen Calama, laica dominica de Madrid, nos regala sus testimonio. Compagina su trabajo durante el año con, verano tras verano, una experiencia misionera. Pero ambas realidades están unidas y se complementan para dar un testimonio de vida cristiana.
La predicación de la gracia misericordiosa acerca con mayor nitides el rostro de Dios y la fuerza de su acción salvadora.
La predicación, como ya lo hizo Montesinos. Predicación que debería ser nuestro medio para denunciar la injusticia, la barbarie,… Y por tanto debería ser “la predicación del cambio”
Si, como dominicos, en la palabra tenemos nuestra esperanza y nuestro oficio, en nuestra vocación habrá siempre algo poético.
Seguid todos siendo activos-contemplativos y contemplativos-activos.
Necesitamos el aliento espiritual de los que estudian, la ilusión de quienes creen en la verdad...