

Sección: A la escucha
"Este día manifiesta de forma especialmente clara los dos polos del misterio pascual, síntesis de contrarios que el creyente experimenta habitualmente en su vida: tenemos aceptación, pero también rechazo; hay luces… y sombras; vida… y muerte".
"Dios no quiere que pequemos, porque sabe que el pecado nos afecta a nosotros mismos y daña nuestra vida y nuestro ser. Pero al mismo tiempo nos pide que, así como hemos sido perdonados, así también podamos ser dispensadores de nuestro propio perdón"
"Estas higueras cristianas, que somos cada uno de nosotros, están llamadas a dar frutos amorosos de hospitalidad, donde el cansado, agobiado, marginado, peregrino, el refugiado, el sinvoz y el diferente puedan recomponerse en la frescura de su sombra".
"La Transfiguración del Señor en el monte Tabor, más allá de ser una manifestación momentánea de la gloria de su divinidad, quiso ser como un anticipo de su propia Resurrecció".
"En este primer domingo del tiempo de Cuaresma, el mensaje central del evangelista Lucas es uno: Jesús, en el desierto, era guiado por el Espíritu Santo y fue tentado. Jesús fue tentado, pero nunca estuvo solo".
"Para ser capaces de trasmitir la misericordia de Dios hemos de ser capaces de sentir dicha misericordia en nuestra vida".
"El odio, la venganza y el rechazo son incompatibles con la felicidad: nos vuelven inhumanos y van en contra de la paz. Por eso Jesús nos pide que busquemos el bien de los demás..."
Tenemos que relacionarnos con nuestros hermanos desde el amor, el perdón, la confianza pero aceptando que, igual que nosotros, ellos también tienen sus debilidades y flaquezas. No podemos exigir del hermano las categorías divinas, pues este no es Dios.
La verdadera confesión no es sólo reconocer nuestra pequeñez, sino confesar y confiar en la misericordia de Dios.
El mensaje de Jesús tiene una importancia primordial: la proclamación de la fraternidad de todos los hombres como hijos del mismo Padre, Dios, y como hermanos del mismo Hijo, Jesús.