

Sección: A la escucha
El encargo de la misión nace de la experiencia del resucitado, se sostiene en el don del Espíritu Santo, es acompañado de comenzar a vivir ya como resucitados, y sobre todo, es el envío a llevar al mundo entero la alegre noticia de que los hombres y mujeres de
El resucitado nos enseña que también nosotros, si creemos, podemos resucitar de la muerte a la vida y podemos andar nuestro camino, no ya en penitencia y en conversión, sino en la alegría de la nueva vida.
O amor de Deus, mostrado na cruz é a nossa plena, contínua e eterna salvação!
Con el anuncio del ángel a María y con la respuesta de ésta, fiat, comienza la vida de Jesús, su existencia como hombre en la historia de los hombres y las consecuencias que ello conlleva.
Toda la creación nos habla del misterio de Dios y de la cruz. Todo esto se descubre con la fe en Jesús. Tener fe o creer es abrirse a recibir el don de Dios.
Nuestra predicación tiene que ser la de una religión humana que libere, comprometida y espiritual, donde lo más importante sea dar la vida por los demás.
El desierto convierte a los humanos en niños: los hace vulnerables, arruina todas las falsas seguridades a las que habitualmente nos aferramos para poder sobrevivir. El desierto nos deja desnudos, sin nada.
La Cuaresma es el movimiento de reorientación que comenzamos en este Miércoles de Ceniza. Reorientarse hacia hacer vida de verdad del mensaje del evangelio en nuestra vida, el tomarnos una vez más en serio eso de ser cristianos.
Jesús nos muestra que por medio de una fe autentica se hace posible el milagro del Dios vivo y verdadero que cura el alma y el corazón de los que están sometidos.
La auténtica conversión es aquella que no se reduce a una mera experiencia intimista, sino que tiende a exteriorizarse y explicitarse a través de actos que reflejan un cambio radical de la persona, en su modo de relacionarse con Dios, con las demás personas, y