Sección: A la escucha
El día en que nadie se compadezca ya de nadie, será señal de que se ahogó completamente la esperanza y que lo contrario al bien se propaga por la humanidad
Cada una de las caídas de Jesús es una exhortación a levantarnos en nuestro camino de la cruz y convertirnos.
En nuestro vivir diario, escenas como la antes descrita se repiten de incontables maneras, actualizando el gesto amoroso de la Verónica
Siempre que ayudamos a alguien que necesita, lo hagamos de buen grado o no es un signo de amor a Jesús.
Podemos ver en María en este gesto de acercarse, de encontrarse, la dimensión femenina y maternal en la salvación que Dios nos trajo.
La esperanza existe para los desesperados. Y si Cristo continúa cayendo en la Historia en las caídas de sus hermanos, es porque el caer renueva las fuerzas para seguir levantándose.
La presente condición del mundo y las formas de cómo este mundo se organiza, contradicen el proyecto de Dios de instaurar su Reino.
Jesús fue un gran predicador,no cabe duda, que cautivaba: su palabra revelaba la autenticidad de un hombre íntegro y sin falsedad.
Las personas siempre preparamos los acontecimientos importantes de nuestras vidas. En la Cuaresma los cristianos preparamos nuestra fiesta, que es la Pascua.
Atrevámonos a dejar que el amado, Dios, nos encuentre y nos exprese su enamoramiento. Dejarse penetrar por ese amor, dejarse encontrar por Él, vivirlo, practicarlo, navegar en ese inmenso mar de su amor.