Sección: Identidad de predicadores
Un legado de fe y evangelización en Valencia y en el Nuevo Mundo
La dedicación a la predicación del Evangelio
Testimonio vocacional de Fr. Ángel García Martínez
Caleruega
Bendecir también significa desear a alguien un bien ilimitado, un bien sin reservas e incondicional. Es pronunciar palabras eficaces y perfomativas deseando el bien desde nuestras entrañas. Bendecir significa venerar, sentir un profundo respeto hacia el otro.
El Evangelio de estos domingos nos puede ayudar a comprender este título que acompaña a santo Domingo: predicador de la gracia. Se trata de la continuación del bello capítulo sexto de Juan: el discurso del pan de vida.
Cuando el Papa Benedicto XVI se refirió a santo Domingo de Guzmán lo hizo con una admiración singular. Por un lado, tenemos que resaltar la novedad de Domingo. Por otro lado, cabe mencionar su singularidad, única e irrepetible. Hoy es Domingo; mañana también.
La oración debe llevarnos también a conectar de una manera diferente con la realidad. Esta perspectiva distinta nos debe llevar a verla desde la mirada de Dios que es la del amor y la justicia.
Somos conscientes de que la plenitud del Reino nos será dada por Cristo mismo. Tal plenitud es una realidad futura, puesto que, para Jesús, la realización completa del Reino de Dios se tendrá solamente al final de los tiempos.